El momento de los intendentes

Es cierto que el estrecho margen entre las dos coaliciones permitió que el oficialismo empardara la composición de la Cámara de Senadores de la provincia, y que mantuviera la mayoría en Diputados, aun perdiendo dos escaños, y que en el reparto de bancas para la cámara baja nacional cada fuerza mayoritaria ingresara quince representantes. Pero esto a Alberto Fernández no le va ni le viene. No gobierna la provincia, y necesariamente tendrá que hacer acuerdos con la oposición en ambas cámaras del Congreso de la Nación.

A nivel nacional claramente el presidente fue desautorizado por la sociedad y arrastró consigo a la mayoría de los gobernadores que lo respaldaron. Puede contarlo como quiera, pero su derrota fue terminante.

Tampoco le fue bien a Máximo Kirchner, siendo que La Cámpora apenas consiguió dar vuelta la elección en uno de los municipios que administra. Julián Álvarez fue derrotado en Lanús; Juan Ustarroz -el hermano de la vida de Wado De Pedro-, perdió en Mercedes; Iván Villagrán, en Carmen de Areco; y Leonardo Boto, en Luján. La titular de la ANSES, Fernanda Raverta, fue la responsable de la elección en Mar del Plata. Es difícil imaginar un desempeño peor.

Cristina Kirchner tampoco puede disimular su enojo por la pérdida del quórum propio en el Senado, el incremento de la bancada de Juntos por el Cambio y la resignación de la banca de su favorita, María de los Ángeles Sacnun.

En cuanto a Axel Kicillof, la gobernación se vio favorecida por la levantada electoral y ahora dispondrá de mayoría en ambas cámaras de la Legislatura. Pero tampoco habrá festejos para él, ya que todo el mérito fue de los intendentes, liderados por Martín Insaurralde y Leonardo Nardini, ya que el gobernador prácticamente se hizo a un lado de la campaña y al territorio sólo lo conoce por la cartografía. Con los datos en mano, no sería de extrañar un incremento considerable de la participación de los intendentes en el gobierno provincial.

Junto con este reclamo, los intendentes ya dejaron trascender su próximo objetivo: impedir que Máximo Kirchner desembarque en la presidencia del PJ provincial. “Si no hubiera sido por la movilización que pusimos en marcha en el territorio, estos perdían como en la guerra”, afirma uno de los jefes municipales vencedores. “Ganamos a pesar de los desastres del gobierno y el rechazo que genera La Cámpora en la gente”, aseguraba un curtido referente provincial.  

Razones no les faltan para afirmarlo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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