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25 de noviembre de 2021 | Nacionales

Cruces internos

El futuro de la mesa de los argentinos divide al gobierno

Está claro que la gestión está partida hace tiempo y que, aunque a veces pretendan disimularlo, las diferencias terminan estallando.

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Dentro del albertismo que no existe, está claro que el objetivo consiste en recaudar todo lo que se pueda, para tranquilizar el frente financiero, ir cumpliendo las metas del FMI, aunque el acuerdo aún no se haya firmado, y preparar la transición para que alguna “paloma” del Pro lo suceda en 2023, aunque esto implique profundizar las políticas de ajuste sobre las capas más amplias de la sociedad argentina.

Al gobierno que prometió en su campaña electoral de 2019 que el asado volvería a la mesa de los argentinos –entre otras tantas promesas incumplidas-, hoy no le tiembla el pulso al momento de arbitrar sistemáticamente en favor del poder financiero y los sectores más concentrados de nuestra economía.

Días atrás hubo una discusión informal dentro del círculo íntimo de Alberto Fernández. Cuando finalmente se le planteó que la opción era abastecer al mercado interno o recaudar divisas exportando carne, el presidente no tuvo ninguna duda: “Hay que recaudar todo lo que se pueda”, filtró uno de los participantes.

Por esta razón, el albertismo sintió fastidio cuando el secretario de Comercio, Roberto Feletti, expresó públicamente que debía volver a imponerse restricciones sobre las exportaciones de carne, para abaratar los precios que aumentaron un 20 por ciento en los últimos días. Feletti se reunió con su antiguo compañero Julián Domínguez, pero no encontró apoyo alguno. De hecho, el ministro de Agricultura había levantado las restricciones impuestas previamente ni bien asumió.

Por otro lado, el titular de la cartera de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, cuya gestión ha sido bastante decepcionante excepto para los sectores económicos que lo patrocinan, fue más allá y declaró que Feletti “tuvo una actitud que no es la más indicada”. Claro está que las políticas de Kulfas fueron en gran medida las responsables de la pérdida de más de 5 millones de votos del Frente de Todos en la última elección. Pero él no recibe reclamos: “Es el albertismo”.

Si bien Feletti es formalmente un secretario de estado, en la práctica actúa como un ministro, respaldado por Cristina Fernández de Kirchner, y el resto del cristinismo y kirchnerismo. No recibe órdenes dentro del gobierno, que debe limitarse a vetar las decisiones que le incomodan.

El secretario de Comercio está convencido que un aumento de las retenciones de carne o un cierre total de las exportaciones contendría el aumento permanente de ese producto esencial en la dieta y cultura de los argentinos. La razón es sencilla: en esta época del año el stock es limitado, no hay campos de pastura disponibles para acelerar engordes y la demanda china arrasa con cuanto alimento encuentra a la mano.

¿Cómo conseguir aprovisionar al mercado interno a precios accesibles para los consumidores si la producción se exporta sin limitación alguna? La pregunta es sencilla, pero ni a Alberto Fernández ni a Kulfas les interesa responderla. Ellos siempre tienen su mesa muy bien provista. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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