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10 de diciembre de 2021 | Nacionales

Con dios y con el diablo

Alberto, el “servidor de los patrones”

Alberto Fernández bien podría ser denominado Arlequino, el “servidor de dos patrones” de la obra escrita por Carlo Goldoni en 1746. En su afán de agradar a todos incurre reiteradamente en exageraciones e improvisaciones que le generan la burla o el repudio generalizados. Y otra vez volvió a caer en el mismo error.

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Presionado por los Estados Unidos, Alberto decidió participar de la Cumbre por la Democracia que organizó este jueves Joe Biden. Un evento anti China y anti Nicolsa Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales, Corea del Sur y todos aquellos que signifiquen una traba para el proyecto hegemónico global relanzado por el país del norte. Con esto se puso a una de las mitades que divide la grieta. 

Para compensarlo, este viernes aparecerá junto a “Lula” Da Silva y Cristina Fernández en el acto de celebración del día de los Derechos Humanos y los dos años de la asunción de Alberto, que se pronostica como masivo “de verdad”, a juzgar por los dichos de Máximo Kirchner

La decisión de participar en la Cumbre lo enemistó con muchos de los aliados –actuales y hasta no hace tanto– del cristinismo y de la Argentina en conjunto. La aparición en un acto masivo con uno de los candidatos presidenciales para las elecciones del año próximo en Brasil enojó a Jair Bolsonaro. No hay caso. Por más que Daniel Scioli se esfuerce por armonizar y potenciar la relación con el país vecino, Alberto insiste en tratar de echar por tierra esas gestiones. 

No es razonable apostar a la derrota del presidente actual del Brasil –tal como hacen Alberto Fernández y Cristina Fernández–, ya que eso significa una intromisión en la política interna de otro país. Recientemente pasó lo mismo con el embajador Rafael Bielsa en Chile. El problema es que Brasil es nuestro principal socio comercial. Nada menos. 

Desde la Embajada de Brasil dejaron filtrar su malhumor: "Ni aún en los días críticos en los que Bolsonaro tiró palos contra Argentina, Daniel (Scioli) tuvo complicaciones. Bolsonaro puede hablar para la tribuna pero al día siguiente lo recibe". Y agregaron que "Scioli viene de tener una reunión con Bolsonaro y Guedes. Tenemos tres meses consecutivos de superávit comercial. Lo de Lula en Argentina es más un simbolismo que lo que puede complicar a Bolsonaro en Brasil".

El evento es considerado como un hito en la campaña electoral de Lula, aunque desde su entorno trataron de bajarle el precio para tratar de evitar un conflicto diplomático entre ambos países. "Lula está mostrándose como presidente. En Europa lo recibieron con honores y en Argentina será igual. Además, hay una amistad con Cristina y Alberto. Siempre estuvieron con él cuando estuvo preso injustamente", enfatizan.   

En las cercanías de Daniel Scioli tratan de relativizar el impacto de la decisión de Alberto Fernández. "No se va a perjudicar la relación bilateral. Podrá haber alguna declaración o gesto de Bolsonaro fiel a su estilo pero no veo que con el vínculo que se ha construido, haya algún problema". Pero Bolsonaro se enojó y mucho, a punto tal de decidir que la Cumbre del Mercosur, que iba a realizarse de manera presencial, se concrete en forma virtual. No quiere tenerlo cerca a Arlequino.

¿Cómo pueden explicarse tantos y tan graves errores en la política exterior? Si bien el manejo de la política internacional ha sido desastroso durante toda la gestión de Alberto Fernández, esa característica se profundizó con la designación de Santiago Cafiero. El nieto de la celebridad peronista no tiene formación ni conocimiento alguno sobre la materia, y tampoco le importa adquirirlos, ya que el enroque que protagonizó sólo apuntó a mantenerlo dentro del gabinete.

Hoy en día Santiago Cafiero tiene un protagonismo aún mayor en la mesa chica presidencial, y se dedica casi exclusivamente a la política interior. ¿Y las relaciones exteriores? A diferencia de lo que pensaba Perón, las relaciones exteriores son una cuestión menor. Claro está: el entorno de Alberto tiene en claro cuál debería ser: volver a las “relaciones carnales” de los años 90. Y en este aspecto se han hecho avances muy significativos hasta el presente.(www.REALPOLITIK.com.ar)


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