Provincia
27 de setiembre de 1930
El nacimiento de la CGT en la Argentina
El 27 de septiembre de 1930 se fundó la Confederación General del Trabajo (CGT). Su crecimiento fue exponencial, ya que pasó de tener 280 mil afiliados en 1935 a medio millón diez años más tarde.
La nueva central obrera era el fruto del acuerdo entre dos organizaciones precedentes: la socialista Confederación Obrera Argentina (COA) y la sindicalista Unión Sindical Argentina (USA). La CGT adoptó el principio de independencia respecto de los partidos políticos, aunque no se privó de apoyar al gobierno de Uriburu en su declaración fundante.
La realidad es que inicialmente la CGT no se fundó sobre principios democráticos ni participativos. Su Comisión Directiva no convocaba al Comité Central, ni a congresos, ni supeditaba el mandato de sus autoridades a elecciones.
Esta situación se modificó recién en 1935, cuando un grupo de sindicatos dirigidos por socialistas y comunistas –la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, la Confederación de Empleados de Co-mercio, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión Obreros y Empleados Municipales– tomaron por la fuerza la sede y se apropiaron de la dirección, que convocó a la reunión de un Congreso Confederal. De los 200 mil trabajadores representados en este nucleamiento, el 43 por ciento pertenecían a la Unión Ferroviaria.
A principios de abril de 1936, el Congreso Constituyente Confederal designó como secretario general a José Domenech (Unión Ferroviaria) y participó en la Comisión Directiva Ángel Borlenghi (Empleados de Comercio). Ambos nombres estarían unidos, de manera indisoluble, al surgimiento del peronismo algunos años más tarde.
Ese año, en una medida inédita, y ante la proximidad del 1 de mayo, el Congreso abandonó los principios de prescindencia partidaria y convocó a los partidos Socialista (PS), UCR, Demócrata Progresista (PDP) y Comunista y al movimiento estudiantil a compartir un acto.
La asistencia fue masiva, superando las 200 mil personas. Allí hicieron uso de la palabra Domenech por la CGT, Arturo Frondizi, por la UCR, Lisandro de la Torre, por el PDP y Mario Bravo, por el PS. Sería la primera vez que se entonaba el Himno Nacional en un acto por el Día del Trabajador.
Como respuesta al golpe de mano que había propiciado el cambio en la conducción de la CGT, un grupo de sindicatos, encabezados por la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos, la Federación de Oficiales de la Marina Mercante, la Asociación de Trabajadores de la Comuna, la Unión Obrera del Mimbre y el Sindicato de Obreros Pasteleros creó una CGT paralela, manteniendo el principio de prescindencia partidaria. En 1937, este nucleamiento adoptaría la denominación de Unión Sindical Argentina (USA).
Durante la década de 1930, la política del régimen fraudulento hacia el movimiento obrero fue la represión sistemática, pese a lo cual se registraron algunas huelgas de importancia: la de frigoríficos (1932), la de los peones rurales de La Forestal (1934), la de los obreros de la construcción (1936) y la de los trabajadores del puerto (1943), aunque los resultados fueron muy poco alentadores. Esto debe atribuirse a una actitud escasamente decidida de la conducción, la decisión de la patronal de negarse a cualquier clase de entendimiento con los trabajadores, y la feroz represión de las fuerzas de seguridad y de las bandas de matones armados contratadas por los empresarios.
La unidad de esta CGT colapsó en 1939, tras el recambio de autoridades corporativas. Si bien las reivindicaciones estrictamente gremiales –defensa de la Ley de Indemnización por Despido, trabajo de la mujer y los jóvenes, derogación de la Ley de Residencia– contaban con apoyo general, otras mociones presentadas como respuesta al agitado clima generado por la Segunda Guerra Mundial motivaron la confrontación entre los trabajadores a partir de sus diversos programas partidarios y la escisión en dos CGT.
La número 1, liderada por el socialista Domenech, sostenía a rajatabla el principio de autonomía entre partidos y sindicatos y partidaria de la neutralidad en la guerra. La número 2, en la que se nucleaban comunistas y socialistas, por su parte, rechazaba esa autonomía y exigían la ruptura de relaciones con el Eje.
Recién a fines de 1942 se restablecería la unidad de ambas centrales obreras. A partir de entonces todo comenzaría a cambiar, a punto tal que algunos historiadores definen a esta etapa previa como la “prehistoria” de la CGT. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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