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19 de diciembre de 2021 | Nacionales

UCR

La unidad asoma como una pausa estratégica en la interna radical

En un partido de estilo tan laico como la UCR hubiera sonado hasta provocadora la frase “habemus presidente”, pero lo cierto es que se vio hubo humo blanco y acuerdo en el microcentro porteño, escenario urbano donde se emplaza el comité nacional partidario.

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La mínima coincidencia que se necesitaba surgió en las últimas semanas, después del famoso vaso roto, producto de una discusión violenta entre el gobernador de Jujuy y flamante presidente, Gerardo Morales, y el senador nacional porteño, Martín Lousteau.

Este último, como buen economista, fue quien primero leyó los números entre los 96 delegados al comité nacional. Su magra proyección desalentaba la continuidad de alguna pulseada contra un dirigente histórico que no paraba de recibir apoyos.

El que terminó volcando la balanza y apurando la definición fue un colega de Morales, el mandatario correntino Gustavo Valdés. Este, hace unos meses atrás, había anticipado que sería protagonista en la competencia. De esta manera, intentaba dividir el voto en general en el plenario nacional, pero tampoco le alcanzó.

LA MIRADA EN LA JUVENTUD

Valdés, un poco desalentado en su expectativa personal, tuvo su contrapeso optimista cuando logró que una militante que le responde directamente, haya ganado la conducción nacional de la Juventud Radical.  Se trata de Valeria Pavón, una funcionaria de su gestión.

La rama juvenil partidaria tiene una particularidad y es su autonomía en las expresiones. No siempre se dan pronunciamientos diferentes respecto del comité nacional, pero esa posibilidad está siempre abierta.

Ocurrió por ejemplo en las marchas contra el FMI que la JR protagonizó en los albores de la democracia o en los difíciles años de discusión sobre la obediencia debida y el punto final con duros documentos que, incluso, salpicaron levemente al gobierno de su presidente Raúl Alfonsín.

Este recuerdo viene al caso para resaltar que no es malo para un gobernador contar con algún lugarteniente para expresar alguna diferenciación a la hora de alguna decisión táctica o de algún pronunciamiento político. Será un recurso muy bien guardado para cuando las circunstancias así lo exijan.

Lo cierto es que Valdés, además de festejar cierto triunfo en la definición de la juventud partidaria, terminó inclinándose hacia Gerardo Morales. Esto aceleró una polarización en la cual el peso federal y del interior terminó aplastando todo sueño del ex ministro de Economía.

EL HUMO BLANCO

Asegurada la elección en favor de Morales, faltaba definir en qué medida la sangre de la interna podría llegar al río. Finalmente, primó la voluntad del acuerdo por parte del líder de Evolución. Tuvo que conformarse con la vicepresidencia segunda del partido, dado que, por la igualdad de género, asumió en la vice primera una bonaerense cercana al titular del comité provincia, Maxi Abad, como es María Luisa Storani.

La representación bonaerense de cuatro delegados en el comité nacional mereció un nuevo y breve capítulo judicial. El oficialismo partidario quiso imponer a las dos mujeres como delegadas por la mayoría de Abad, dejando los dos restantes para el possismo. Una nueva apelación dejó las cosas como estaban, con la igualdad de género intercalada. En consecuencia, ingresan un delegado y una delegada por cada una de las corrientes que compitieron en la interna de marzo último.

INTERROGANTE CONTRAFÁCTICO

Muchos se preguntan y debaten en los pasillos políticos y legislativos si, para Martín Lousteau, valió la pena haber generado tanto ruido, incluida la ruptura de un bloque, si al final iba a terminar con su destino en una lista única.

Al respecto no son pocos los operadores que señalan que el silencio y la quietud no hubieran sido buenas consejeras en un clima de ambición política. Haber terminado como protagonista de un acuerdo y en un sitial para nada despreciable es, explican, fruto de todo ese recorrido tan estridente. En términos actuales, muchos quieren saber si suena contrafáctico el interrogante acerca de qué hubiera pasado con un Lousteau en silencio y sin protagonismo ruidoso.

En resumidas cuentas, el acuerdo de lista única le sirve tanto al eje que lidera el titular actual, como a su contendiente porteño. Es tan solo una pausa, pero no muy duradera, dado que los motores se calentarán antes de tiempo en la carrera hacia el 2023.

Morales es quien, tal vez, tiene más definida su carrera hacia la Casa Rosada o, al menos la posibilidad de integrar una formula presidencial. En tanto, Lousteau depende de continuar con un armado cuyos cimientos no son despreciables pero necesitan de mayor fortalecimiento.

El primer trimestre del nuevo año será una vidriera clave que permitirá aclarar el panorama tanto en los derroteros personales de eventuales candidatos como en el armado final de una coalición como Juntos, donde las presiones abundan para acercar a otras fuerzas partidarias. Entre ellas algunas que despiertan mucha suspicacia y polémica como podría ser la invitación a los liberales de José Luis Espert y Javier Milei. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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