Periodismo dependiente: Estefanía Pozzo y otros operadores de C5N

Así las cosas, no dejan de sorprendernos las continuas mentiras de Estefanía Pozzo, quien el miércoles dijo y luego repitió en C5N: "En Córdoba casi todos los centros de salud dan todos los test positivos de COVID".

Sus mentiras no tienen límites. Soberbia, intolerante, tira sus dardos casi siempre con su falsa sonrisa y siempre descalificando a quienes piensan distinto. Además es macartista: durante años escribió notas y panfletos con términos como "zurdos" o "zurditos".

"El Charro" afirma, que no para de "marcar" periodistas para que no trabajen en los medios aplaudidores del presidente Alberto Fernández. Pozzo también es una ferviente feminazi y, aunque intenta disimularlo, continuamente muestra su odio a los hombres: lo más bestial fue hará un año, cuando atacó al aire al periodista deportivo Elio Rossi, diciéndole dos veces y totalmente furiosa: "Yo no te permito que digas eso", ante un tema por demás irrelevante.

"Su fidelidad sobreactuada, no es una cuestión de principios -dice "El Charro”. simplemente porque no tiene ninguna clase de principios". 

Poso al igual que un montón de supuestos periodistas de C5N, cobran en jefatura de Gabinete o en varias de las secretarias de la Rosada. En realidad, objetivamente, son operadores políticos disfrazados de periodistas. El "Charro Chino" agrega con su acidez habitual: "Recibe pagos todos los meses, pero para no dejar huellas son de fondos reservados y siempre son sobres con billetes, de la misma forma que Nilda Garré te pagó durante treinta meses cuando fue ministra de Seguridad". La cara y la chicana sublimes de “El Charro" son fatales, no obstante igual me atrevo a preguntarle si hay más operadores pagos en el medio de Pozzo: "Son más de veinte identificados, mi querido amigo", responde sin inmutarse.

Otra de las fuentes, “Luzbelito, el Casi Mudo" afirma: "Pozzo recibe un instructivo mínimo no escrito y se le indican Temas u Objetivos Personales”. “Poné ambos en mayúsculas, nene", me dice. Y agrega: "A partir de eso puede decir cualquier disparate o las mentiras más inverosímiles referidos a esas personas, fijadas casi como objetivos militares. Pero actualmente sus empleadores la están estudiando, ya que se le suelta la cadena cada dos por tres. Es como que tiene compulsiones y no las puede frenar". "La prestación de servicios de Pozzo, consiste en difundir mentiras y ensuciar a quienes le ordenen, por algo muchos de sus colegas la llaman ‘La Sucia’ -agrega ‘El Charro’-. Dice ser economista y haber estudiado periodismo y resulta una de las mayores defensoras de Martín ‘El Virrey’ Guzmán y de sus enormes ignorancias económicas y políticas. No tengo dudas que además recibe dineros del ‘Virrey’".  

“Luzbelito", con su ojo de halcón, no puede con su genio y agrega: "Hay operadores pagos en C5N muy célebres: por ejemplo Nahuel ‘El Lechoncito’ Sosa cobra en dos lugares de la Rosada, con uno de los cuales tiene un contrato laboral. Pero hay una tal Natalia Paratore, que cobra en cuatro áreas del estado nacional y lo único que hace todos los días vía on line es repetir panfletos oficiales y refritos de noticias de otros medios. Enorme cara de piedra, hasta hace unos días se definía a sí misma como experta en coachear políticos y empresarios, hasta que le ordenaron limpiar su curriculum. Mejor ni hablar de ‘Víctor Jugo’, amigo de militares de las dos orillas, ni del ‘Muñeco de Torta’ que no sabe cocinar y canta desafinando como mi perro, o del ‘Panqueque Duggan’, que puede darse vuelta a la velocidad del viento".

Desde siempre los funcionarios han sido muy desprendidos con los fondos públicos, en especial para sostener operaciones y vender mentiras que los favorezcan, pero algún día tendrían que terminarse estos disparates. En esta instancia, además, cada vez se les vuelve más difícil tapar la realidad y disfrazar de otra cosa, la política económica neoliberal del dúo Fernández-Guzmán, con sus sueldos y jubilaciones de hambre, y la continuidad con los desaciertos criminales de la administración macrista. 

(*) Jorge O. Rodríguez es economista recibido en la UBA. Analista de narcotráfico y delitos complejos.

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