El indignante caso del limpiavidrios asesinado cuyo cadáver no dejaban velar

Mostrando, una vez más, que cuando se es pobre todos los derechos se restringen y se debe batallar por lo que corresponde, una mamá tucumana debió pelear y pedir ayuda a una periodista para poder velar a su hijo: Eduardo Íñigo, quien era limpiavidrios, tenía 27 años y era padre de cuatro hijos.

El cajón de Defensa Civil que le querían dar gratis a la familia del joven, que no podía pagar uno, sería otorgado con la condición de que no lo velen. “Si quería tener un velorio, al cajón lo tenía que pagar de mi propio bolsillo”, contó la comunicadora Mariana Romero, quien ayudó a la madre del fallecido.

“Nos pasó igual hace dos meses con mi tío”, “A nosotros también nos pasó con mi tía y no tenía COVID”, comentaron algunos usuarios de redes sociales cuando el caso comenzó a difundirse.

“Después de la nota, salieron a decirle a la madre que, aunque pague, no lo iba a poder velar porque el chico tenía COVID. Pero nosotros ya habíamos consultado en la página del ministerio y nos daba que no lo habían hisopado”, explicó la periodista. Poco después, cuando finalmente lo hisoparon, se comprobó que Eduardo no tenía el virus.

Tras la difusión de la nota de Romero, la solidaridad de los tucumanos consiguió reunir 45 mil pesos para comprarle un ataúd al joven asesinado. Asimismo, tras comprobar que no tenía coronavirus (lo que sospechaban los médicos porque tenía una neumonía bilateral) la Justicia intervino y autorizó un velorio breve.

Esta historia es una más, pero no puede dejar de conmover y llamar la atención de las autoridades de turno, para que no nos quiten el derecho de soñar con un mundo sin pobreza y con igualdad de derechos para que nunca más una mamá tenga que luchar por lo que le corresponde en el momento más difícil de su vida. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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