Alberto Fernández entregó una ofrenda floral al genocida más grande de la historia universal

La agenda oficial de la gira que la comitiva argentina, encabezada por el presidente Alberto Fernández, llevó adelante en China, no estuvo exenta de polémicas. Una de ellas fue la visita del primer mandatario argentino al Museo del Palacio en la Ciudad Prohibida de Beijing y a la Plaza de Tiananmén, en donde mostró su falta de conocimiento en historia mundial.

En una movida que oscila entre la ignorancia cultural y la conveniencia económica, el presidente Fernández colocó una ofrenda floral en el mausoleo de Mao Zedong, el líder del Partido Comunista Chino, catalogado por historiadores de todo el planeta como el dictador que encabezó el mayor genocidio de la historia de la humanidad.

En efecto, Fernández visitó primero la Plaza de Tiananmén, como si de un honor para el Partido Comunista Chino se tratara. Sin embargo, la plaza llegó a la celebridad entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989 cuando una enorme manifestación de estudiantes chinos protestó contra la corrupción del gobierno, justamente, del partido que fundó Mao. El resultado fue una feroz represión que terminó con la vida de 2 mil personas en lo que se conoció como La Masacre de Tiananmén.

Para colmo de males, el presidente argentino decidió agregar más leña al fuego colocando una pomposa ofrenda floral en el mausoleo de Mao Zedong. El mismo, de acuerdo a los informes oficiales, fue el responsable del genocidio más grave de la historia de la humanidad, con algo más de 78 millones de muertes entre sus opositores.

A modo de ejemplo, Mao fue el responsable de una mayor cantidad de muertes que Adolf Hitler, Josef Stalin y Leopoldo II de Bélgica juntos, que son quienes le siguen en cantidad de muertes a lo largo de la historia.

Nada de esto parece haber resultado de interés para los asesores presidenciales, que simplemente fijaron la mira en el objetivo de obtener dinero de los dirigentes del Partido Comunista Chino. Ni las muertes, las masacres, los genocidios o la evidente falta de democracia que el partido de Mao instauró en China. Todo sea por un poco de dinero. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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