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8 de febrero de 2022 | Cultura

El artista histórico

Una lectura política de Spinetta

Los posicionamientos de Luis Alberto en distintos momentos históricos a través de sus canciones y de sus expresiones.

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por:
Juan Provéndola

Luis Alberto Spinetta atravesaba en 1976 tiempos de inédita popularidad gracias a "El jardín de los presentes". El tercer disco —y, a la postre— último disco de Invisible fue presentado con dos shows en el Luna Park, igualando el récord de convocatoria que Sui Generis había establecido un año atrás. 

El momento de súbita fama que le granjeó ese álbum (el cual incluía futuros clásicos del Flaco como "El anillo del Capitán Beto" o "Los libros de la buena memoria”) quedaría reflejada en la invitación a participar de la tapa en la que la revista Gente fotografiaba a los que consideraba "Personajes del año". Nueve meses después del último golpe de Estado que padeció Argentina, Spinetta debió compartir portada con otros "personajes" como José Martínez de Hoz, ministro de Economía de Jorge Videla, o Ibérico Saint Jean, gobernador de facto de la provincia de Buenos Aires.    

"Me dijeron que tenía que ir a Gente a sacarme una foto y fui. No sé, no lo veo muy diferente a hacer una nota para la revista Pelo", se justificó Spinetta, quitándole importancia al asunto. Así y todo, los hurgadores de rebuscadas resistencias literarias les atribuyeron a los primeros movimientos de Derechos Humanos la influencia para "Las golondrinas de Plaza de Mayo", otra de las canciones de "El jardín de los presentes". Algo históricamente imposible: la letra fue escrita un año antes de las primeras rondas de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

"Las Madres de Plaza de Mayo merecen mi mayor adhesión y respeto, pero muchos de sus hijos fueron tipos que hicieron miles de cagadas", se despegó el Flaco en una entrevista de 1983, en las postrimerías de esa Dictadura durante la que padeció censuras, espionaje y hasta una noche en un calabozo. "Claro que pedirle a una madre que invierta el proceso de madre y condene a su hijo es imposible, pero también es imposible que yo considere que sus hijos, que hicieron muchas cagadas, sean héroes o mártires inmolados por la paz mundial", evaluó.

La canción habla, sencilla y literalmente, de esas aves que "se van en invierno, vuelven en verano", tal como cantó. Pero no era la primera vez que se intentó convertir el vuelo poético de Luis Alberto Spinetta en una lectura sobre la realidad socio-política: a "La azafata del tren fantasma" (del primer disco de Invisible, 1974) se la vinculó con Juan Domingo PerónIsabelita y José López Rega. "El rey hurga en sus muelas antes de armar y sus vasallos vomitan tanta traición, hasta que lentamente uno de ellos se acerca y le clava una daga por la espalda; y en el jardín está la azafata del tren fantasma", dice la letra.

"El deber del escritor, del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro, una revista de los que ya nunca más saldrá, sino al contrario, salir fuera, para sacudir, para atacar a la conciencia pública. Sino ¿Para qué sirve? ¿Y para que nació?", provocaba Antonin Artaud en su célebre "Carta a los poderes" de 1925. Spinetta había quedado encandilado con la obra del escritor francés al punto que bautizó con su apellido el último disco de Pescado Rabioso. 

"Artaud" fue grabado y publicado en 1973, mientras Argentina estaba atravesada por la vuelta del peronismo a las elecciones y el regreso final del propio PerónSpinetta tenía apenas 23 años y no estaba ajeno a su tiempo histórico, más aun teniendo en cuenta que se había criado en una familia de simpatía peronista. Por eso se acercó a algunos encuentros de Juventud Argentina para la Emancipación Nacional (JAEN) uno de los tantos grupos formados en las postrimerías del peronismo proscrito. 

El acercamiento fue fugaz. Pero, pese a encontrar en el arte una trinchera más seductora que la política partidaria, el Flaco aceptó participar del Festival del Triunfo Peronista, un evento organizado en el estadio de Argentinos Juniors el mismo día que se consagraba vencedora la candidatura presidencial de Héctor Cámpora, pero debió suspenderse a poco de su inicio por lluvias.  

El actual presidente, Alberto Fernández, asegura haber estado presente en ese festival donde apenas llegaron a tocar Billy Bond y La Pesada del Rock&Roll y La Banda del Oeste antes del diluvio. En el medio de los dos grupos (que tocaron cada cual no más que un puñado de canciones por dificultades en el sonido), habló al público Vicente Solano Lima, flamante vicepresidente electo y único integrante de la fórmula ganadora en Argentina: ese mismo día, Cámpora estaba en Madrid, participando de la histórica reunión entre Perón y Francisco Franco.

Curiosamente, tres décadas después Fernández y Spinetta coincidieron en un mismo escenario. Durante la presidencia de Néstor Kirchner se realizó en la Casa Rosada el ciclo Música en el Salón Blanco y Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete, fue el encargado de recibir al músico. "Créanme que toco la guitarra, pero nunca conseguí que un tema del Flaco suene en mi viola como en la de él", dijo Fernández antes de entregar una estatuilla. La misma que generó en Spinetta una frase muy recordada: "Esto no es un Óscar; es un Néstor".

"Que Dios no me ponga en la obligación de tener que tocar alguno de los temas que tocas vos", le respondió Spinetta a Fernández, manifestando una clarividencia que toma otra dimensión en los tiempos que corren. Una narrativa llena de certeza y poesía, tal como ya le había revelado a la TV Pública antes de tocar en la Casa Rosada: "Ojalá la música ilumine a la gente que trabaja en estos recintos, quien tiene una responsabilidad infinitamente grande al lado de la nuestra". (www.REALPOLITIK.com.ar)


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