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9 de febrero de 2022 | Nacionales

¿Quién cubre sus gastos?

Fabiola Yáñez se mueve en un auto presidencial con otros dos de la PFA que adeudan 3 millones de pesos

La primera dama aseguró no pertenecer a la política. Aunque confesó trabajar ad honorem presidiendo la fundación Banco Nación Argentina. Hasta el momento, no existen explicaciones de quién paga sus costosos vestidos, los viajes permanentes, la utilización de vehículos oficiales y las fiestas en la Quinta de Olivos. Una realeza que sostenemos todos.

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Angustiada, quebrada, Fabiola Yáñez tomó el micrófono en pleno juicio por presuntas agresiones y hostigamiento al periodista Eduardo Prestofelippo, más conocido como "El Presto". “Yo no soy funcionaria pública. No cobro un sueldo. Lo único que hago tiene que ver con cuestiones de ayuda a los otros, atrayendo inversiones en los lugares en los que me necesiten”, aseguró, ante la atenta mirada de su abogado.

La escena resultó un tanto exagerada y dramática, casi guionada por su abogado Juan Pablo Fioribello. La estrategia alcanzó un tímido triunfo. "El Presto" fue condenado a treinta días de prisión efectiva en su domicilio, sentencia que resultó apelada y finalmente no se concretó. Finalmente, no se verá obligado a cumplir ni una cosa ni la otra.

La estrategia de llevar a juicio a "El Presto" podría jugarle una mala pasada a Yáñez. La pareja del presidente Alberto Fernández despertó serios interrogantes tras sus declaraciones. Aseguró no cobrar un sueldo, no tener ingresos y sólo trabajar, ad honorem, como presidenta de la fundación Banco Nación. De este modo, dejó un manto de interrogantes sobre el origen de sus vestidos importados, las costosas fiestas en la Quinta de Olivos, los constantes viajes y su estrafalario tren de vida. ¿Quién paga la fiesta de Yáñez?

A pesar de que ella misma se niega a ser considerada primera dama por no estar casada con Alberto Fernández, en todos los registros protocolares y sitios web oficiales figura como tal. “Primera dama de la Nación Argentina. Cargo protocolar”. A Yáñez no se le conoce un trabajo formal desde que abandonó su rol como panelista de Moria Casán y dejó la obra de teatro junto a Fabián Gianola. Antes de eso, había sido notera de un programa sobre sexualidad y conductora de una emisión para niños en Rosario.

Recientemente, Yáñez ofreció comprar insumos médicos y donarlos, como resarcimiento ante el escándalo del OlivosGate, que se desató luego de que la primera dama organice fiestas en la Quinta de Olivos en plena cuarentena. La interrogante volvió a surgir: ¿Quién paga los donativos de Fabiola? “La primera dama no tiene ingresos, por lo que sus donativos vienen obligadamente del presupuesto presidencial, que pagamos todos, o del salario de su pareja, que también pagamos todos. Es decir, ella nos dona lo que nosotros mismos pagamos”, aseguró un reconocido abogado penal en la pantalla televisiva.

Absorta a tales preocupaciones y ministerios, Yáñez arribó a tribunales con la pompa y la circunstancia de una primera dama, con todas las letras. Una flota de vehículos oficiales, varios de ellos con deudas de patentes que superan el millón de pesos, guardaespaldas y atribuciones que lejos están del humilde rol que asegura cumplir. Incluso, obviaron cachearla a la entrada del juzgado, como sí ocurrió tanto con "El Presto" como con su abogado Marcelo Peña.

La camioneta de Presidencia de la Nación, patente AD290MJ, adeuda 395.002 pesos de patente y posee un pasivo de 431.950 en multas. En tanto, los vehículos de la Policía Federal Argentina que dependen del ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernándezdeben al menos 765.850 (patente AC992IW) y 1.330.300 (AA944KZ) en multas de tránsito. En total, son cerca de 3 millones de pesos.

 

A medida que pasa el tiempo, el misterio que gira en torno al tren de vida de Fabiola Yáñez se agiganta. Nadie sabe de qué vive, quién le da el dinero o cómo se solventan sus gastos. Ella asegura no tener ningún rol fijo, no tener empleo formal y trabajar sólo ad honorem. Todo pareciera apuntar a que en la Argentina del 2022 aún quedan resabios de una realeza mundana, de plumas, concheros y panelistas, que todos tenemos que mantener. (www.REALPOLITIK.com.ar)  


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