Cristina volvió a utilizar un costoso jet de la Fuerza Aérea para viajar a su casa de El Calafate

La distancia entre la realidad de los argentinos y la de los políticos que dirigen su destino es cada vez más amplia. Tanto, que parece difícil de creer, ilusoria. Ajenos a las penurias por las que atraviesan los ciudadanos, la inflación, la severa devaluación y la pobreza superando ampliamente los márgenes del 40 por ciento, cada dirigente hace su juego en pos de obtener más poder, más comodidades materiales y privilegios.

Mientras la provincia de Corrientes es consumida por el fuego y el destino de los correntinos pareciera depender más de los avatares del clima y los sortilegios de las lluvias que del auxilio del gobierno de Alberto Fernández y del ministro Juan Cabandié, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner decidió tomarse unos días para viajar a su casa de Calafate. Para ello, decidió utilizar el Learjet 60 de la Fuerza Aérea Argentina, cuyo tramo desde Buenos Aires hasta Calafate tiene un costo aproximado de 22 mil dólares.

En estos momentos, el gobierno se mantiene en vilo por la aprobación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Congreso Nacional. Máximo Kirchner, quien renunció a la presidencia de su bloque por no estar de acuerdo con el mismo y que aún no aseguró su apoyo, se presenta como uno de los principales obstáculos y se apresta a negociar algo jugoso para La Cámpora.

Paradójicamente, mientras el diputado nacional traba un acuerdo que pudiera ayudar al país a sortear las dificultades de la deuda externa asegurando que lo hace “en pos del bienestar y el progreso de los argentinos”, su madre gasta más de 5 millones de pesos de las arcas del estado en un santiamén, para viajar en jet privado a su domicilio particular. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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