El drama del argentino radicado en Ucrania que le ruega al IPS que le deposite su jubilación

A orillas del río Dniéper, en el sudeste ucraniano, se irgue Dnipropetrovsk con su casi millón de habitantes. Uno de ellos es un residente argentino: José María Escobar (DNI 17.187.163), ex docente jubilado tras ejercer como profesor de historia en su país. Hace un tiempo se radicó en las tierras de su abuelo polaco y conformó una familia con su actual esposa, su hijo político, su nuera y sus dos nietos: Kirill (9) y Elizabeth (2). Ya con el comienzo de la guerra, decidieron irse todos o ninguno, y finalmente se quedaron en su hogar.

En medio de la guerra, José María Escobar reclama por su jubilación.

Entre bombas y misiles cercanos, con tanques rusos que pasan por el frente de su domicilio, la situación económica tampoco es la mejor: su esposa, hace seis meses, perdió su trabajo en un supermercado. Como si fuera poco, el Instituto de Previsión Social bonaerense, conducido por la flamante presidenta Marina Moretti, no le envió su última jubilación. “Me dicen que no les llegó el certificado de supervivencia, y ya mandé ese papel en tiempo y forma", contó Escobar en diálogo con REALPOLITIK.

“Díganle que apenas pueda, yo les envío otra vez el certificado, o que se comuniquen con mi número de WhatsApp así podrían comprobar que estoy vivo, que los rusos no me mataron todavía”, solicitó.

Lo cierto es que mientras lo apremia la escalada de la guerra, a la que describió en diálogo con REALPOLITIK.FM como una situación “dramática y dolorosa, con mucha preocupación en la población ante el temor de una guerra nuclear”, aguarda junto a sus familiares en su propio refugio, a la espera de cobrar la jubilación que, paradójicamente, queda en un segundo plano ante ese escenario bélico. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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