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9 de marzo de 2022 | Nacionales

Malestar

Denuncian múltiples estafas al estilo Ponzi, pero con sillones

Una veintena de damnificados apunta contra “Sofá Vivanti”, un local de muebles, deco y sofás, ubicado en Palermo, por no entregar los productos que fueron señados o pagados en su totalidad. Mientras aumentan los reclamos, el comercio mantiene sus puertas cerradas. Sospechas de estafas Ponzi, pero con sillones.

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por:
Adrián González

“Expertos en momentos”, así se publicita Sofá Vivanti en sus redes sociales, aunque quienes no están pasando justamente un agradable momento son sus clientes. Una veintena de ellos integran un grupo de WhatsApp tras considerarse “estafados” por el comercio de muebles, deco y sofás. Denuncian que sus productos, mayormente sillones, nunca fueron entregados y, tras más de tres meses de efectivizar la compra, tampoco les reintegraron el dinero depositado.

La periodista de La Nación, Gabriela Cicero, es una de las damnificadas y así lo expuso en su cuenta de Twitter: “La gente sigue mirando la vidriera pero es un local que desde noviembre está estafando. Es así: comprás el sillón, lo pagás en una cuota, dicen que van a confeccionar y nunca lo hacen. Y no te lo entregan”, aclaró en un video donde registra el frente del negocio de Avenida Córdoba 3544. “Esto ya les pasó a 10 personas mínimo, estamos esperando que nos den respuesta”, continuó en su posteo del pasado viernes.

“No abren las puertas del local, tampoco atienden los mensajes de Facebook ni en las redes sociales. Además, bloquean a las personas que compraron e hicimos denuncias”, agregó la comunicadora especialista en diseño de interior y turismo. Previamente, en febrero, había anticipado el fraude: “¿Se acuerdan que les conté que compré un sillón en Vivanti a fines de noviembre? Lo pagué en una cuota de unos 60 mil pesos. Todavía no me lo mandaron. Siempre les falta algo del proveedor que no cumple. A esta altura me siento estafada, ¿qué hago?”, se preguntó en la red social del pajarito.

A lo que se plegaron diversos reclamos similares en los comentarios de la publicación: “Hola estoy en la misma situación”; “Hola, también les compré un sillón en noviembre y jamás lo entregaron. Me dijeron que me iban a devolver la plata hace un mes y ya no me contestan”; “Mañana mi amiga va a ir al local, organicemos un horario para caer todos juntos”. Si bien protestaron en la puerta del comercio y acudieron a Defensa del Consumidor, todavía no obtuvieron ninguna solución. En tanto, confirmaron a este medio que están preparando una denuncia colectiva.

EL MODUS OPERANDI

Otra de las perjudicadas es Alexandra Briñez, una joven colombiana que días atrás recibió el monto transferido y, hasta el momento, es la excepción del resto de las estafas. En diálogo con REALPOLITIK, contó cómo fue su situación particular con Sofá Vivanti: “Fui en diciembre y elegí un sillón, por el que tenía que esperar 25 días hábiles para su entrega. Si bien pregunté si podía pagarle la mitad y la otra parte cuando adquiramos el sillón, con mi pareja nos confiamos y le entregamos el total de la compra”.

“Nos mandaron su CBU por WhatsApp, el cual figura a nombre de un particular y no de la empresa, e hicimos la transferencia. Sin embargo, a fines de enero nadie se comunicó conmigo y Luz, la empleada que me atendió en un primer momento y que ya no trabaja más allí, me pasó el número de un tal Germán, un contacto de seguimiento y otro del local”, continuó. De este modo, aclaró: “Germán me dijo que era vendedor y que no tenía información de mi compra, pero pasó mi pedido. Del área de seguimiento me solicitaron el número de pedido y me dijeron que el sillón ni siquiera lo habían empezado a hacer por el tema de la falta de luz y de personal contagiado de COVID, sumado a recortes en el local”.

Cansada, Briñez exigió que le devuelvan su dinero: “Me dijeron que tenía que esperar más de un mes para reintegrármelo. Con mi pareja no lo aceptamos y nos enfadamos, pero tanto en las vías de comunicación como en las redes sociales empezaron a ignorarnos, no aparecían”. Hasta que le respondieron de la línea de seguimiento: “Una mujer llamada Beatriz dijo que iba a tratar de solucionarlo. Después no respondió más, por lo que fuimos al local y había una chica nueva, Natalia, quien admitió el mal manejo de la empresa porque siempre venían clientes con denuncias. Ella afirmó que en 24 horas nos iban a devolver el dinero y trató a Germán de encargado, no como vendedor tal como se nos había presentado”.

“La cuestión es que en ese plazo no obtuvimos el dinero, pero nos mandaron un comprobante claramente trucho como que nos hicieron la transferencia”, especificó Gonzalo Gabriel López, el cónyuge de Briñez. Así lo demuestra la imagen adjuntada que contrasta dos comprobantes emitidos por la misma entidad bancaria: a diferencia del original, el recibido por Germán no cuenta con el número de la caja de ahorro y el alias figura en mayúscula. 

“Una asesora comercial del Banco Ciudad me dijo que no registraba movimientos de la cuenta que figura a nombre de Germán”, explicó López. Luego de estas averiguaciones, avisó al presunto responsable que iba a efectivizar la denuncia correspondiente: “A mí no me vas a cagar”, le endilgó. Una vez formalizada la acusación en la comisaría 5A de Billinghurst 471, el damnificado se dio cuenta que anteriormente a acudir a la dependencia policial le habían depositado 63 mil pesos. “Al otro día me transfirieron lo restante”, señaló.

Con respecto al saldo adeudado, transferido en una segunda operación, López relató en palabras de Germán: “Yo te devuelvo los 4 mil pesos, pero borrá tus comentarios en la página de Facebook”, en referencia a las críticas en la cuenta del comercio. No obstante, sostuvo que “nunca” eliminó sus cuestionamientos. De todos modos, alertó: “Ellos siguen vendiendo igual. Tu plata se la van a dar a otro que la esté reclamando, es como una estafa Ponzi de sillones”.

¿QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DEL FRAUDE?

Además del mencionado Germán, a nombre de Nadia Jorgelina Rey figuran la mayoría de las transferencias efectuadas, como es el caso de la pareja Briñez- López, quienes el 23 de diciembre último depositaron 67.716 pesos a una cuenta del banco Brubank.

Según los registros de la AFIP, la señalada reside en Avellaneda y no tiene historial laboral.

Además, los estafados la rastrearon en las redes sociales: “Ahora está en la costa”, indicaron en alusión a sus últimas publicaciones de Instagram.

Por otra parte, López se refirió a cinco correos electrónicos que le enviaron a su casilla previo a recibir el dinero invertido en Sofá Vivanti, todos a nombre de Cristian Di Mari, alguien “desconocido” por él. Aunque al googlearlo en la web, las búsquedas lo asocian con estafas: “Denunciaron una estafa, se viralizó y encontraron otros ochenta afectados”, tituló Clarín el 30 de marzo del 2017 y amplió: “Es por una maderera que cerró y dejó decenas de pedidos sin entregar que sus clientes ya pagaron”. “Los consumidores dirigen su bronca hacia el titular de la firma, Cristian Di Mari, quien sólo contesta correos electrónicos”, deslindó el multimedio.

Pero no termina allí. En el portal Tu Queja Suma, varios usuarios manifestaron los fraudes a los que fueron expuestos, también a nombre de Di Mari. “En septiembre/2020 compré un sofá cama por internet y en enero ya dejaron de responder los reclamos. La empresa se llamaba Vetaliving (ahora es Grupo Home y parece que también Grupo Hogar Veta) y siguen sin responder... Alrededor de cien personas estamos en contacto y en la misma situación. (…) Otros nombres de estafadores involucrados: Cristian Di Mari (…) Son gente de Monte Grande, que van cambiando la dirección de estas empresas estafadoras”, publicó el usuario Fernando B.  

En tanto, Agustín E., describió: “Compré unos placares pagando por Mercado Pago, no recibo ninguna respuesta. Fui hasta el domicilio y no había nadie, un vecino me indicó que la empresa se fue del barrio dejando a sus propios empleados en la puerta, estafando a todos los clientes y a sus propios empleados. Por favor hay que ubicar a esta gente porque estafaron a muchos otros. (…) La razón social del vendedor es Le Charp Muebles SRL de Di Mari, Cristian Rubén, DNI: 33.121.159; Di Mari, Carlos Rubén, DNI: 10.507.219”.

¿Padre e hijo se esconden en lo que pareciera ser una estafa Ponzi de muebles y sillones? ¿O toda una familia? Lo cierto es que mientras los damnificados esperan que se resuelvan sus problemas con Sofá Vivanti, el local permanece cerrado, sin personal, pero con el mobiliario completo a la vista. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Estafa, Gabriela Cicero

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