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16 de marzo de 2022 | Nacionales

Promesas sin sustento

Con su declarada guerra a la inflación, Alberto Fernández anunció su próximo fracaso

El presidente Alberto Fernández insiste en formular declaraciones efectistas, poco sólidas y de cumplimiento dudoso. En lugar de generar confianza y credibilidad, instala la duda y el temor.

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La ex embajadora Alicia Castro le puso los puntos sobre las íes al publicar en su cuenta de Twitter: “El presidente Alberto Fernández ya anunció que terminaba con: la estafa de Vicentin, los sótanos de la democracia, la desigualdad, el patriarcado, la persecución judicial, los especuladores. Ahora le toca el turno a la inflación”.

Pero no es sólo el ultracristinismo el que tiene dudas sobre la concreción de sus anuncios. El periodista Carlos Pagni en su momento resucitó el verbo “procastinar” para definir la actitud que caracteriza al presidente. Con esta tendencia a dar a largas la toma de decisiones Alberto Fernández dañó gravemente la investidura y la credibilidad de la figura presidencial, y hasta consiguió ponerla en ridículo. A su cargo, un caño roto es una amenaza segura de inundación. Con Fernando de la Rúa pasaba lo mismo.

Del otro lado de la grieta, el que salió a responderle fue Javier Milei, quien analizó el anuncio oficial de que "el día viernes va a comenzar la guerra contra la inflación en la Argentina" y lanzó una dura advertencia con respecto a los planes del gobierno para combatirla.

Sin muchas expectativas, Milei declaró: "Espero que (el presidente) esté en la única línea moralmente válida que es la del mercado. Esperemos que no se trate de un nuevo intento basado en violentar el derecho de propiedad y en la restricción de la libertad de los individuos por la vía de la coacción. En su defecto fracasará".

Pero inmediatamente dio un drástico giro a sus expresiones, al traer a colación sus expectativas de llegar a la presidencia en 2023. "Estoy trabajando en función de eso, armando mi gabinete en la sombra y ya tengo cuatro ministerios armados: Economía, Relaciones Exteriores, Bienestar Social e Infraestructura". 

Y adelantó que: "El ministro de Economía es bien ortodoxo. La primera reunión que tuvimos, de once horas, tres horas las dedicamos a la dolarización. Pensamos una reforma que arranca con el sistema financiero para hacerlo anticorridas, que pueda pasarse a una libre elección de moneda, que los argentinos ya eligieron el dólar, y a partir de ahí dolarizar".

Lo llamativo del caso es que si bien la inflación es el problema primordial de la Argentina, por el impacto social y las tensiones corporativas que genera, nadie parece tomárselo muy en serio. El presidente, al dedicarle un nuevo gesto tribunero sin sustento; el cristinismo, dando por nula cualquier propuesta que salga de su boca, y la oposición, que se preocupa más por la disputa interna en la carrera presidencial 2023, que en la resolución del drama argentino actual.

Alberto Fernández anunció que el viernes comenzará a poner en caja a la inflación, aunque pocos crean que pueda hacerlo. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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