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17 de marzo de 2022 | Nacionales

En búsqueda de sus orígenes

Fue adoptada y con 42 años desconoce su historia familiar biológica

Soledad García Rossi sabe que nació en Lomas de Zamora en 1979 y que a los días fue entregada por su madre y su abuela a quienes serían sus tíos de crianza. Ya con la mayoría de edad empezó a indagar sobre su identidad, pero poco pudo aportar su familia adoptiva. Hoy vive en La Plata e intenta reconstruir su árbol genealógico.

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Con la idea de salvar una vida, dotarla de amor y contención familiar, muchas veces se adoptan bebés sin imaginar el perjuicio y las consecuencias que le generará una historia falsa a su alrededor. La sustitución de identidad en la Argentina excede la época oscura de la dictadura militar, donde eran cotidianos los casos de apropiación –usualmente vinculados a la militancia política-, y persisten actualmente, con madres, padres, hijoss y hermanos que continúan buscándose sin agotar la ilusión de un esperado reencuentro.

Soledad García Rossi (42) es una más de estas personas que lucha por su derecho, el de conocer su identidad de origen. En junio de 1979, con tan solo quince años, su madre la parió en el hospital Gandulfo de Lomas de Zamora acompañada de su abuela biológica, y el 25 del mismo mes recibieron el alta de la institución, fecha en la que fue registrada oficialmente como su nacimiento y donde también pactaron su entrega a quienes posteriormente serían su tía abuela (Fita) y su tío de crianza (José).

Ambos asistieron a las inmediaciones del hospital para recibir a Soledad e, inmediatamente, trasladarla a su nuevo hogar con su familia adoptiva en la ciudad de La Plata, donde actualmente reside. Allí creció sabiendo que era adoptada, pero con el falso argumento que su madre biológica falleció en el parto, versión que recomendó la psicóloga a sus padres postizos para evitar algún tipo de trauma acerca de la incertidumbre de su paradero maternal y que fue desmentida por ellos mismos años más tardes.

“Nos inscribieron como hijas biológicas, lo que representa legamente una sustitución de identidad. Desde chicas, nuestros padres nos llevaban a psicólogas para que vayamos internalizando que no éramos de su familia”, contó Soledad en diálogo con REALPOLITIK. No obstante, destacó que no le guarda rencor a su familia de crianza, con la que actualmente sigue ligada: “Mi madre (79) intenta ayudarme en mi búsqueda por más que se mandó la cagada de anotarme como hija propia, hasta llegó a decirme que la denuncie en su contra si hiciera falta y ayudara para reconstruir mi origen biológico”.

“Y mi padre me acompaña comparando muestras de ADN de Family Tree, un laboratorio de Houston (Estados Unidos) que tiene una base mundial de datos genéticos”, agregó. Con respecto a sus primeros días de vida posee algunos testimonios con los que inició su investigación personal, aunque el silencio de las partes involucradas –algunas ya fallecidas-, sumado a su partida de nacimiento alterada y que no exista un banco de datos genéticos nacional que agrupe a las madres e hijos que se buscan, dificulta avanzar en pos de recrear sus orígenes.  

“En el hospital donde nací, trabajaba en ese momento quien luego sería mi madrina de bautismo, Mirta. Tanto ella como familiares me recordaron que mi mamá biológica era muy jovencita, que junto a mi padre serían de la zona de Burzaco, Longchamps o Lavallol y que tenían una panadería donde vivían en aquella época”, aclaró. Mirta (79) fue justamente una de las primeras personas a la que acudió para empezar sus averiguaciones allá por comienzos del nuevo siglo: “Trató de ubicar archivos viejos en el hospital y le dijeron que no había rastros, que se habían perdido los libros de parto”.

Sin embargo, tras contactarse con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) en 2016 descubrió que estos registros verdaderamente existían: “Desconfío de mi madrina, puede ser que me oculte información porque mi madre biológica no quiera saber nada de mí o que tenga miedo de alguna denuncia en algún juzgado, por más que los delitos de sustracción de menor ya están prescriptos”, indicó. En relación a aquel 25 de junio de 1979, día en que festeja su cumpleaños, reconstruyó: “Según los relatos que me han hecho, mi abuela y madre biológicas salieron del hospital y allí aparecieron en escena mi tía abuela Fita y mi tío José, pero nada sé sobre cómo pautaron ese encuentro ni por intermedio de quienes”.

“Habría sido a través de una enfermera o de una asistente social que hacía visitas en el hospital Gandulfo. Lo cierto es que mi tío le dijo a mi mamá adoptiva que yo era igual a mi mamá biológica”, agregó en referencia a sus tíos de crianza, ambos difuntos. Ya en 2014 y 2015, Soledad acudió al banco nacional genético a dejar la muestra para Abuelas de Plaza de Mayo, donde le dijeron que el resultado era negativo: “Dentro del banco hay 14 mil muestras negativas y no hacen más nada, no las entrecruzan”, cuestionó.

Y reforzó: “Se encargan de buscar solo de los hijos desaparecidos y no de hermanos; a lo sumo abren un legajo y te ayudan a hallar algún tipo de información en el hospital. Además, su búsqueda se ancla en los nacimientos durante la dictadura, cuando la práctica de apropiación de bebés era desde antes o continuó después”.

SU PRESENTE

“Tengo una familia espectacular que me acompaña y apoya en la búsqueda de mi origen biológico”, recalcó acerca de sus padres de crianza y de su núcleo íntimo que se compone por su hermana (46) y su hija menor (12). Después de un tiempo de compartir estas inquietudes exclusivamente con ellos y sus seres queridos, decidió ampliar su lucha difundiéndola en sus redes sociales con la leyenda “Tu historia, es también mi historia y por eso te busco”, a la par que publica fotos suyas –tanto actuales como viejas- y de su entorno.

“Espero poder encontrar a algún familiar, amigo, conocido o personas que me acerquen a poder cerrar la historia, saber la historia de mi familia de origen, qué pasó desde mi concepción hasta ese 25 de junio de 1979”, sostuvo. Y particularizó en sus padres biológicos: “Quiero conocer qué pasó con mi mamá y mi papá, estoy abierta a hablar con ellos y que sea lo que Dios quiera”.

Mientras a la par lucha por la aprobación de ley de identidad de origen, que el año pasado obtuvo media sanción en el Senado bonaerense tras el proyecto impulsado por legisladores de distintas fuerzas políticas como Elisa Carca, Franco Bagnato y José Luis Pallares, Soledad intenta romper con lo que era –y sigue siendo en menor medida- considerado un tema tabú y, para ello, sostiene que va a tener que “modificarse” cuestiones de la ley de adopción para que esto “no siga ocurriendo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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