CABA
Definición de Emilio Monzó
La política argentina, “un gran Lollapalooza”
Sin dudas que siempre resulta valioso escuchar atentamente las reflexiones de Emilio Monzó, uno de los más claros analistas del tablero político argentino. Fue el gran armador de Cambiemos y luego debió soportar la condena de Mauricio Macri.
Hoy en día, cuando algunos referentes del Pro quieren meter por la ventana de la coalición Juntos por el Cambio a los libertarios José Luis Espert y Javier Milei, los radicales prometen la ruptura si esos proyectos se concretan y el oficialismo parece a punto de volar en mil pedazos a cada momento, las palabras del ex presidente de la Cámara de Diputados cobran interés.
“Los espacios políticos se han transformado en un gran Lollapalooza. Cada frente tiene diez escenarios diferentes, uno para cada gusto”, interpreta Monzó. A diferencia de las prácticas políticas tradicionales, donde las discusiones y negociaciones se daban en ámbitos preservados de la mirada pública, ahora las discusiones son públicas y la sociedad asiste a un panorama apocalíptico de constantes estallidos, en el que los intereses de los argentinos parecen ser muy poco tenidos en cuenta.
Monzó lamenta la inexistencia de “conectores” entre los distintos actores y espacios del arco opositor, lo que impide elaborar una agenda común para transitar el año y medio que resta para la próxima elección presidencial. Cada cual está interesado en imponer sus prioridades y puntos de vista, desconociendo la legitimidad de las posiciones ajenas. Para algunos es la dolarización de la economía, para otros las alianzas políticas con los liberales o la incorporación de peronistas no K al consenso opositor. Para peor, todo esto se desarrolla en un contexto en el que se ha puesto en cuestión el rol del estado, debe resolverse el endeudamiento de Mauricio Macri y la relación con el gobierno nacional, y hasta hay quienes intentan reabrir o enterrar la discusión sobre los años de plomo de la dictadura cívico militar, o reivindicar la gestión de Carlos Menem.
El ex diputado utilizó la metáfora futbolística para explicar la actualidad de Juntos por el Cambio: “Somos como el PSG. Estamos llenos de estrellas pero no tenemos un vestuario que nos dé paz”.
Los hechos le dan la razón. Como si no fuera suficiente el violento contrapunto entre Mauricio Macri y Gerardo Morales, también Patricia Bullrich salió este fin de semana a confrontar con Horacio Rodríguez Larreta por la candidatura presidencial en 2023 y rechazó “cualquier operación” que pretenda colocarla como candidata a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Un dirigente cercano a Monzó acotó que, “mientras que el Pro cada vez se ve más frenado y debilitado", los libertarios Javier Milei y José Luis Espert ya le restan casi 12 por ciento de sus votos tradicionales. Por su parte, los radicales no alcanzan a definir si prefieren “ser independientes o mantener ciertos acuerdos con el Pro, para compartir listas de candidatos en las PASO. Todo es desconfianza ente los que dialogan y los que no con Rodríguez Larreta”, concluye.
Hasta ahora el catalizador de estas cuestiones irresueltas ha sido el propio oficialismo, tal como sucedió en el tratamiento del no aprobado presupuesto 2022, cuando la oposición iba a votar en forma dividida, y el discurso de Máximo Kirchner les permitió unificar posiciones. Y, poco después, el debate del acuerdo con el FMI también allanó el entendimiento con los más radicalizados que sostenían la tesis de “cuanto peor, mejor” que impulsaba Mauricio Macri, ante la fractura del Frente de Todos y el riesgo de que la iniciativa naufragara.
Pero tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio se transita una etapa apocalíptica, de fin de época. Justo en el peor momento económico y social de la historia argentina, y a un año del recambio presidencial. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
Horacio Rodríguez Larreta, Emilio Monzó, Gerardo Morales, Máximo Kirchner, José Luis Espert, Mauricio Macri¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS