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12 de abril de 2022 | Nacionales

“Lo tocan a Guzmán, me tocan a mí” 

Cambio de gabinete: El miércoles será el día D

Este domingo se reunieron Alberto Fernández y Martín Guzmán, en medio de exigencias de su renuncia, altísimo índice de inflación de marzo y creciente malestar social.

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No es para menos, ya que la información extraoficial que circula en Casa Rosada y el palacio de Hacienda anticipa una inflación para marzo del 6.2 por ciento, en tanto que en el rubro “alimentos y bebidas” treparía al 10 por ciento.

También es sabido que esos números serán la campana de largada para la exigencia de renuncia del ministro por parte de La Cámpora y del Instituto Patria. Por lo que Alberto Fernández debía elegir entre respaldar a su ministro o ceder ante el cristinismo. ¿Volará por los aires definitivamente el Frente de Todos?

A horas de su nueva paternidad, Alberto Fernández se reunió a solas con Martín Guzmán en Olivos y le ratificó su confianza. Fue un encuentro largo, rociado con agua mineral y críticas al cristinismo. Sobre todo a los que son denominados como los “conjurados”: Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Roberto Feletti

“Lo tocan a Martín, me tocan a mí”, subrayó el presidente a su finalización.

Un tema que preocupa, y mucho, a ambos es el de las tarifas eléctricas. El 1 de abril debía convocarse a las audiencias para debatir el aumento de las tarifas de electricidad, pero el anuncio no se produjo y sigue cajoneado en la subsecretaría de Electricidad que maneja La Cámpora.

El problema es que esa convocatoria fue uno de los compromisos asumidos por Guzmán con el FMI, y no quieren quedar mal parados. Alberto cree que tras los ataques a Guzmán está el cuestionamiento a su propia autoridad. Por eso instruyó al ministro para que acelere las negociaciones con Chile, Brasil y Bolivia para incrementar el aprovisionamiento de energía en un contexto global desfavorable provocado por la guerra en Ucrania.

El miércoles será el día clave, cuando se anuncien los indicadores de inflación. El gobierno pidió a sus aliados y a los medios cautela, para impedir que el cristinismo se lleve puesto a Guzmán y consiga torcer un cambio drástico en el plan económico dictado por el FMI.

Mientras tanto, el presidente le ordenó a Guzmán mantener un “silencio de radio”, y sólo salir a declarar cuando él se lo indique.

Mientras que esto sucede, el gobierno no hace nada por disuadir los rumores sobre un cambio de gabinete con fecha aún incierta. El recambio que propone el cristinismo pasa por Guzmán, Matías Kulfas, Santiago Cafiero y Claudio Moroni. El albertismo quiere afuera a Juan Manzur y a Wado de Pedro. Como no hay diálogo entre Alberto y Cristina, todo se reduce a declaraciones de segundas o terceras líneas. Y de Máximo, quien le hizo saber al presidente: “Si querés, nos vamos”.

En los últimos días Cristina modificó su posición de no querer dialogar con el presidente a hacerle saber que estaría dispuesta a conversar. Alberto -por más que este lunes haya afirmado que está dispuesto a hacerlo- se niega enfáticamente, porque sabe que la “conversación” incluirá el pedido de renuncias. Por eso ahora preparó el terreno afirmando que “si lo tocan a Martín, me tocan a mí”.

Ahora le toca jugar al cristinismo. Todo hace suponer que el miércoles será el día clave. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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