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27 de abril de 2022 | Pastillas de Colores

Entre tuercas y sierras

El Autódromo de Balcarce, una historia de leyendas, tragedia y rescate

Juan Manuel Fangio eligió el lugar donde su ciudad natal construyó uno de los circuitos emblemáticos del automovilismo argentino, que ahora busca ser recuperado tras una década de clausura.

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por:
Juan Provéndola

Balcarce es sinónimo de fierros y de sierras. Ahí nació Juan Manuel Fangio, prócer del automovilismo argentino. En el viejo edificio de la Municipalidad, a pocas cuadras de su casa, funciona actualmente un museo con 27 vehículos y ocho playones que cuentan la historia de quien fue el máximo campeón de la Fórmula Uno durante medio siglo. 

En noviembre de 2021, al cumplirse 70 años del primero de sus cinco títulos, los restos del Chueco fueron trasladados desde el cementerio local, donde estaban, a un mausoleo inaugurado en el museo. La caravana fue tomada simbólicamente por el pueblo como "la última vuelta de Fangio en Balcarce". En el acto final esperaba su último gran rival vivo: el escocés Jackie Stewart, de 82 años. "Verdaderamente fue el mejor piloto de carreras del mundo", reconoció el tres veces campeón (y otras dos subcampeón).     

La Autovía 2 que arrima a la región con Buenos Aires (a través de la ruta provincial 55) lleva su nombre desde enero de 2003. Juan Manuel Fangio había fallecido en julio de 1995, aunque llegó a ver en vida acaso el más sentido de los homenajes: la inauguración del autódromo balcarceño con su apellido. 

Orgullo de una ciudad llena de talleres mecánicos, máquinas preparadas y enamorados de los fierros, el autódromo fue inaugurado en 1972 y rápidamente se impuso como plaza fundamental del Turismo Carretera, la categoría más importante de Argentino. El propio Fangio se encargó de buscar el lugar que consideraba más adecuado. Y la embocó: empotró el circuito dentro de la serranía, sobre la ladera de La Barrosa, convirtiendo al entorno en un atractivo en sí. Además, el graderío dispuesto por encima del trazado permitía observar casi la totalidad de la carrera, algo inhabitual en la mayoría de los escenarios del país. 

Desde ese entonces, Balcarce se acostumbró a ser visitada varias veces al año por miles y miles de fanáticos de las carreras que, a su paso, fueron influyendo también en la identidad del lugar. La ciudad era una fiesta de peregrinos que dormían en casillas rodantes y hacían asados al lado de la pista. Todo formaba parte de un ritual que excedía a los autos. Balcarce tomó por propia esa postal, celebrándola y estimulándola.

Hasta que el 13 de noviembre de 2011 ocurrió la tragedia que marcó para siempre al legendario autódromo: un día después de establecer la vuelta más rápida en la historia del circuito, Guido Falaschi quedó enredado en maniobras ajenas. El piloto murió a dos vueltas de ganar la carrera de TC en un accidente que cambió todo para siempre. El automovilismo continuó con sus caravanas en otros puntos del país, pero ya sin Balcarce.

Durante muchos años, el Autódromo Juan Manuel Fangio quedo mirando de reojo a la ciudad desde un rincón de la sierra La Barrosa con la pesada carga de su nostalgia. La de una época que entrega recuerdos cada vez más lejanos. Aquella en la que las carreras congregaban más de treinta mil personas. 

Después de varios intentos fallidos, el circuito volvió a quemar cauchos en una prueba piloto para una categoría zonal en 2019. Fue un trabajo colectivo generado por la Comisión Autódromo Balcarce, quien se alió a otras fuerzas y comenzó a financiar el presupuesto necesario para las obras de refacción a través de estrategias varias (desde rifas y membresía de adhesión hasta el alquiler del circuito para test drives o publicidades). En febrero pasado, la ACTC alentó todo esto y dejó la puerta abierta para que el TC recupere la plaza de Balcarce si el Fangio logra ser restablecido. La bandera a cuadros, en tanto, espera.    

En sus bellezas naturales. Balcarce tiene a la geografía entre sus activos. Es uno de los pocos rincones de la provincia de Buenos Aires donde se interrumpe la vasta llanura. Un valor diferencial respecto a otros lugares, considerado sobre todo por quienes buscan alternativas a los destinos balnearios. La apuesta invita a explotar un perfil relegado por el frenesí de los motores. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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