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18 de mayo de 2022 | Provincia

La “maldita policía”

Acusan a policías bonaerenses de plantar drogas durante un allanamiento irregular

Al menos tres agentes de la fuerza provincial fueron denunciados luego de que una persona reciba un violento operativo en su casa, en el que supuestamente se encontraron cuarenta bolsas con droga. Una sargento seriamente implicada en una serie de ilícitos.

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En una suerte de reedición de la “maldita policía”, tal y como se conoció a numerosos grupos de agentes de la bonaerense que, durante la década de los 90, armaban operativos falsos para ajusticiar a aquellos que se negaban a pagar coimas o que eran un escollo para los operativos sobre bancos y blindados, se denunció a un grupo de efectivos por plantar drogas durante allanamientos truchos en la ciudad de La Plata.

Quien denunció, en esta oportunidad, fue Adrián Oscar Manes, aunque aseguró que la supuesta líder de la banda, la sargento Liliana Sosa, tendría al menos 18 denuncias similares por el mismo motivo.

El hecho en cuestión ocurrió el 26 de octubre, cuando Sosa y tres personas más irrumpieron en el domicilio de Manes con el objetivo de llevar adelante un allanamiento. Del mismo participaron, además, el subcomisario Rafael Casa Martin, un principal de apellido Hermes y un sargento de apellido Funes. Junto a ellos había dos testigos llevados por la policía, uno de ellos fue Andrea Carolina Jara.

Tras revolver la casa violentamente mientras Manes esperaba sentado en el comedor, uno de los agentes se acercó a Sosa y le avisó que el resultado del allanamiento era negativo. Ofuscada, Sosa se dirigió a uno de los dormitorios y salió poco tiempo después con un paquete con cuarenta bolsas pequeñas, un total de diez gramos de droga. Lo que sus agentes no habían logrado en media hora, Sosa lo logró milagrosamente en menos de un minuto. “Fue todo tan burdo que, en el apuro, se equivocaron de dormitorio y entraron en el de mi madre. Aparentemente, la narcotraficante era mi madre”, señaló Manes con ironía.

El papelón se incrementó aún más cuando apareció una de las testigos, Andrea Carolina Jara, y le brindó sus datos personales al agente que tomaba nota. Curiosamente, Jara se mostró evasiva en algunos de los datos. Tras averiguaciones de la víctima, se trataría de otra agente de la Policía Bonaerense. No sólo ello, sino que además compartió el lugar de trabajo con la sargento Sosa en el año 2014, en la tercera de Los Hornos.

Inmediatamente, Manes llevó adelante la denuncia correspondiente en la que afirmó que la droga había sido plantada y el allanamiento fue altamente irregular. Poco a poco fueron surgiendo otros casos similares, dieciocho en total, y todos con la sargento Sosa como protagonista. Incluso, en uno de los más insólitos episodios, llevaron detenida a una persona y tuvieron que liberarla quince días después, cuando se dieron cuenta que habrían plantado la droga en la casa equivocada.

Manes presentó, además, la captura de pantalla de una presunta conversación que Sosa tuvo recientemente con uno de los agentes. Preocupada, le da indicaciones sobre lo que tiene que declarar para evitar problemas. “Vamos a ir todos el lunes después de las 12.30. Respecto al momento donde se incauta la droga en la pieza, estábamos vos, yo, las dos testigos y la hermana del 'Quichua'. Lo único que tendrías que ratificar es que cuando encontramos la droga estábamos nosotros dentro de la pieza y que en ningún momento se salió y se volvió a entrar”, exige Sosa en el mensaje.

La investigación sigue su curso y continúa sembrando escándalo a su paso. Recientemente, se supo que una de las firmas del allanamiento habría sido falsificada. Se trata de la del oficial subayudante Ignacio Barbera, quien no sólo no habría participado del allanamiento sino que ese día era paciente en una cirugía en un nosocomio local.

Las próximas jornadas traerán más novedades en el curso de la investigación, aunque se da por descontado que la posición de la sargento Liliana Sosa esté seriamente comprometida. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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