Tras el tufillo de corrupción K, Laminados Industriales negó enérgicamente las afirmaciones de Kulfas

“La empresa se encuentra en proceso de ampliación de su gama de productos, desarrollando pruebas para la producción de chapas gruesas con calidad API, que es la calidad estandarizada para usar en gasoductos y oleoductos (API/American Petroleum Institute). Actualmente, no produce chapa con calidad API apta para gasoductos, ni tampoco apta para caños de 36 pulgadas de diámetro”, afirma Laminados Industriales en un comunicado en respuesta a las afirmaciones del ex ministro de Desarrollo de la Producción de que la empresa podría fabricar las chapas de los caños para la obra en lugar de que Techint las importe desde una de sus subsidiarias en Brasil. 

Laminados Industriales reconoce que este proyecto se lleva adelante con la colaboración de Ternium Argentina, la empresa del Grupo Techint que se encargaría de importar los caños para el gasoducto y a la que apuntó los cañones Cristina Fernández de Kirchner el viernes pasado. 

En el acto de Tecnópolis, la vicepresidenta afirmó que no pueden "seguirle dando 200 millones de dólares para que se paguen ustedes mismos en la empresa subsidiaria que tienen en Brasil". "Pongan la línea de producción de chapa en Argentina, si han ganado fortunas en la Argentina", subrayó Cristina. E inmediatamente volvió a recomendarle al presidente que utilice la lapicera con "los que tienen que darle cosas al país". 

Al día siguiente se difundió en off que el ministerio de Producción acusó a los funcionarios cristinistas del ENARSA de armar un “pliego de licitación a la medida de Techint”. Inmediatamente Cristina puso el grito en el cielo, y Alberto Fernández le soltó la mano a su ministro más cercano, exigiéndole la renuncia.

La situación fue pésimamente manejada por el gobierno. Kulfas había adelantado sus argumentos en un reportaje radiofónico, pero cometió el error de difundir el off. Cristina aprovechó el acto y el mal paso de Kulfas para ningunear una vez más a Alberto y sacarse de encima a su odiado funcionario, cuya cabeza venía demandando desde hace mucho tiempo. Y Alberto, una vez más, demostró lo que es: un timorato que ocupa un cargo para el cual no demuestra capacidad ni disposición de carácter.

Una vez más, el Frente de Todos se disparó en los pies y cada vez cuesta más imaginar en qué condiciones llegará a la finalización de su mandato presidencial. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

APOYÁ A
REALPOLITIK

Periodismo independiente.
Información sin censura.

COLABORÁ DESDE $290 POR MES

COMENTÁ / VER COMENTARIOS