Nuevo escándalo sacude a una cooperativa vinculada a Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta

En el competitivo y a veces complejo mundo de las empresas proveedoras del estado, la figura de la cooperativa suele ser un comodín. Fácil de crear, simple de inscribir en los estratos de la administración pública, permite acceder de forma legal a una evasión fiscal, laboral y previsional. Su esquema impositivo les permite reducir los costos de contratación al no tributar el IVA o hacerlo sólo al 50 por ciento. Son sociedades comerciales regulares, pero que tercerizan los servicios dado que no tienen capacidad técnica ni financiera para llevarlos adelante.

Matias Abinet junto a Susana González y Lucas Olazagasti, en un acto en el Luna Park.

En este sentido, la cooperativa Lara se transformó rápidamente en una de las vedettes del rubro, bajo el amparo de una oscura fama forjada al calor de las polémicas, las denuncias y las acusaciones de manejos irregulares y presiones políticas.

Dedicada a servicios de limpieza y desinfección, la cooperativa Lara se referenció con personajes vinculados al poder político desde sus inicios. Su presidente, Matías Abinet, se identificaba a sí mismo como cercano del presidente Alberto Fernández.

Matías Abinet junto a Lucas Olazagasti, en un acto en Merlo.

Sus socios en el curioso emprendimiento son los hermanos Lucas Nicolás y José María Olazagasti. El primero de ellos fue asesor en el ministerio de Obras Públicas de la Nación y habría sido incorporado a dedo por el propio Gabriel Katopodis. Ambos hermanos, además, estaban vinculados a la presidencia de CFK.

Los antecedentes de los hermanos Olazagasti, ciertamente, no son los mejores. Lucas, a modo de ejemplo, fue acusado por María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, la última víctima en ser hallada en el tren que protagonizó la llamada Tragedia de Once, de ofrecerle “plata, un auto y trabajo” en nombre del propio kirchnerismo.

En las últimas jornadas, trabajadores de la cooperativa fueron nuevamente víctimas de la mecánica del grupo empresario. Las promesas de aumentos, bonos y “plus ferroviarios”, quedaron en la nada. Los empleados elevaron una carta formal explicando los derechos adquiridos y expresando sus reclamos, pero no hubo respuesta alguna.

“Pensamos que este mes llegaría el plus, pero volvieron a pagarnos lo mismo. Estamos cobrando 39 mil pesos por un trabajo de ocho horas diarias, que es menos de lo que se cobra en cualquier otro lado”, expresaron a REALPOLITIK.

De acuerdo a los informes, el sueldo promedio en el rubro no suele ser menor a 50 mil pesos, por lo que el atraso es considerable. “Siempre es lo mismo. Salarios bajos, en cualquier momento, porque si bien la fecha de cobro es del 1 al 10, nosotros nunca sabemos cuánto cobramos”.

“El plus ferroviario les corresponde a todas las empresas tercerizadas de Trenes Argentinos. Nos lo prometieron en la fiesta de diciembre de 2021, y nunca cumplieron. Es una conducta repetitiva en ellos, siempre prometen y todo queda en la nada”, expresaron.

Del mismo modo, el presentismo entró en la polémica. De acuerdo a los trabajadores, la cooperativa Lara descuenta hasta 7 mil pesos por una falta, lo que resulta excesivo a todas luces. “No tenemos ni abrigos, camperas o mamelucos de trabajo. A veces trabajamos con la ropa rota y no les prestan atención ni a los reclamos de los supervisores”, aseguraron. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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