Ante una posible derrota electoral, CFK no quiere dejarle el gasoducto construido a la oposición

El magistrado no tiene datos sobre eventuales delitos y liberaría la obra en breve. Sin embargo, las construcción del gasoducto sólo podría avanzar de concretarse una "tregua" entre el presidente y la vicepresidenta.

Después de la impresentable declaración de Kulfas, fue el turno del ingeniero Antonio Pronsato, quien había renunciado pocos días antes de la salida del ex ministro de Desarrollo Productivo. El ex responsable de ejecutar la obra del gasoducto Nestor Kirchner afirmó que de ninguna manera recibió presiones para beneficiar a SIAT (empresa de Techint) y que se retiró del proyecto por las demoras de las autoridades del ejecutivo que manejan el área de Energía.

De este modo, al ser coincidentes las declaraciones de Kulfas y de Pronsato, el proceso judicial estaría concluido en pocos días. Sólo resta que los cuatro expertos convocados por Rafecas expresen sus puntos de vista sobre la obra, y se de lectura a las recomendaciones de las cuatro petroleras convocadas por el magistrado para evaluar la calidad y medidas de los caños en cuestión: Tecpetrol (Techint), Pluspetrol, Total e YPF. Todos afirmarán que SIAT es la empresa idónea y adecuada para aportar los tubos, que, además, son los adecuados para una obra de esta clase.

Así las cosas, en pocos días el ejecutivo estará en condiciones de acelerar el proceso de liberación de la licitación de la obra civil y avanzar en la elección del constructor del proyecto.

Pero esto no implica que el gasoducto será finalmente construido en breve. Por más que el gobierno de Alberto Fernández ponga todas sus expectativas en la obra, seguirá estando condicionada a la interna del Frente de Todos. Sin una tregua entre Alberto y Cristina que acalle el fuego cruzado interno, la iniciativa naufragará pese a su importancia vital.

Según las empresas involucradas en la obra, si se libera la construcción para octubre de 2023 Alberto Fernández podría presentar una foto de campaña inaugurando parte de la obra. Pero no parece ser eso lo que quiere Cristina, quien está convencida de la derrota electoral y no quiere dejarle el gasoducto construido a la oposición que heredará el ejecutivo. ¿Para qué gastar los pocos dólares con que se cuenta para hacerle un favor a Juntos por el Cambio?

Desde el cristinismo lo niegan, y afirman que las restricciones y postergaciones que impusieron sus propios funcionarios al inicio de la obra no existen más que en las mentes afiebradas de sus contendientes políticos. Pero las dilaciones existieron y no fueron responsabilidad de los “albertistas”, ni de Pronsato que renunció asqueado de soportar esas actitudes.

El Gasoducto Néstor Kirchner debe atravesar Tratayén, Vaca Muerta, y Salliqueló, en el centro de la provincia de Buenos Aires -563 kilómetros que incluyen también territorios de Río Negro y La Pampa-. SIAT (Techint) fue, a la postre, la única oferente en la licitación de los tubos, y se comprometió a producirlos en el país. Según esta compañía, los primeros tubos podrían estar saliendo de la planta en septiembre y para octubre comenzarían los trabajos de encastre efectivo del gasoducto.

Esto, claro está, siempre y cuando el ejecutivo de la orden al Banco Central de liberar los 200 millones de dólares requeridos para iniciar la producción de la chapa en la planta brasileña de la propia Techint es socia minoritaria.

De este modo, en pocos días más la Justicia, el gobierno y Techint podrían liberar las condiciones para su construcción. Que Cristina lo apruebe es una cosa muy distinta. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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