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17 de julio de 2022 | Provincia

Negligencia

Nació con parálisis cerebral y sus padres responsabilizan a los hospitales Cestino y Gutiérrez

Una familia desesperada acudió a la Justicia para denunciar a las autoridades de ambos nosocomios y a los profesionales intervinientes en el nacimiento de su hijo por “abandono de persona, negligencia e inoperancia” durante el embarazo y el parto. “Le reventaron las venas del cerebro, lo asfixiaron y nunca va a caminar ni hablar”, dijo su madre.

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En plena pandemia, nació el hijo de una pareja ensenadense que hoy está pronto a cumplir dos años. No obstante, lo que debería haber sido un acontecimiento únicamente para celebrar, desde aquel momento hasta el día de la fecha no dejó de ser un suplicio para la familia por la parálisis cerebral que afectó a su bebé. “Le reventaron todas las venas del cerebro, lo asfixiaron, y nunca va a caminar ni hablar; hoy come por la nariz mediante una sonda”, afirmó la madre María Ester Allende en referencia a la encefalopatía hipóxica-isquémica de B, un síndrome que afecta a los recién nacidos debido a falta de oxígeno en el cerebro y forma parte de las enfermedades crónicas no evolutivas.

Además, según marca la historia clínica del niño en el expediente judicial presentado en la ayudantía Fiscal de Ensenada ante la UFI Nro. 11 de la jurisdicción de La Plata con intervención del juzgado de Garantías Nro. 2, el grave cuadro lo completa con “compromiso deglutorio, epilepsia, Síndrome de West y cuadriparesia espástica, entre otras complicaciones”.

A pesar que las causas más frecuentes de esta patología son el desprendimiento de la placenta, el prolapso del cordón umbilical y la rotura uterina patología, Allende no duda de la “mala praxis” de las autoridades y los profesionales intervinientes del hospital Zonal General de Agudos Horacio Cestino, de Ensenada, y del Ricardo Gutiérrez, de La Plata.

A ambos nosocomios asistió durante el proceso del embarazo y en el parto, sin embargo a cada uno le atribuye responsabilidades diferentes: al primero por “abandono de persona” y al segundo por “negligencia”. Concretamente, en cuanto al desencadenamiento cronológico de los hechos, destacó en diálogo con REALPOLITIK: “Si bien mi obstetra personal siempre habló de cesárea programada, las cosas no se dieron como estaban previstas. El bebé nació el 16 de julio del 2020 a las 41 semanas y media, pero anteriormente no me atendieron en el Cestino por un paro de anestesistas que duró dos semanas cuando yo tenía fecha de parto para el 6 de julio”. 

“Por ende, la obstetra del hospital nos derivó al Gutiérrez y el día 10 nos dijeron en la guardia que no me encontraba en condiciones para que el parto fuese de manera natural, por lo que me pidieron que regrese el lunes siguiente”, agregó. Y prosiguió: “El lunes 13 nos presentamos nuevamente junto a mi pareja, en donde se realiza el rompimiento de la membrana para la inducción del parto y se me pide que vuelva el miércoles. Finalmente, me internaron el 15 y al otro día nació B”. 

“Al nacer se encuentra hipotónico, cianótico, con bradicardia, y sin respiraciones espontáneas, por lo que se inician maniobras de reanimación y recupera latidos. Deciden su intubación endotraqueal, por continuar sin respiraciones espontáneas”, señala el parte médico de la fecha. Luego de 72 horas de hipotermia, se establece que presentó “episodios convulsivos que requirieron tratamientos con diferentes anticonvulcionantes”. Ya en el hospital Garrahan y después de “un largo periodo en cuidados intensivos”, el niño arribó a su hogar en compañía de sus padres, aunque los inconvenientes de su cuadro de salud comenzaron a complejizarse cada vez más.  

no puede sentarse, el cuello lo tiene muerto y lo tengo que cuidar las 24 horas del día por si se ahoga. Además no respira ni traga por su cuenta, tampoco se mueve; por todo esto lo tengo con oxígeno y está saturado de medicación”, describió afligida Allende. Al mismo tiempo, aclaró que una de las alternativas que les queda por probar es el aceite de cannabis porque ahora, simplemente, piensa en que su hijo “no sufra más”.

Asimismo, describió cómo fue su proceso de gestación: “Los controles los hacíamos en las salitas de Ensenada, y venía bien más allá que no se acomodaba en la ecografía; pero el desbarajuste empezó cuando en el hospital me programaron un parto natural porque con mis cuarenta años de aquel entonces y un bebé próximo a nacer de 4 kilos, las condiciones deben ser muy óptimas para estirar tanto el embarazo”. En esta línea, se despachó contra los profesionales de la salud: “Los médicos se borraron porque me atendieron los practicantes y los chicos recién recibidos. Encima no querían despertar a la partera que estaba durmiendo y sin la experiencia necesaria esperaban que sea parto natural”.

“Definitivamente terminó siendo una cesárea de urgencia porque el bebé se moría”, indicó. En tanto, se refirió al traslado posterior de B al hospital Garrahan: “Lo trasladaron para ver si podían recuperar alguna neurona, pero el daño ya estaba hecho”. Actualmente, si bien acude cotidianamente al centro pediátrico de referencia en salud pública para tratar a su hijo, Allende asevera que “no” consigue los especialistas precisos que puedan mejorar el complejo cuadro. 

MÁS IMPUTACIONES 

A la figura de “abandono de persona” por las lesiones graves que decantaron en el trastorno del movimiento y de la postura de B, denominado parálisis cerebral, hay que agregarle el “agravamiento por mediar violencia obstetricia” hacia la progenitora. Su fundamento se basa “a raíz de una falta de información y asesoramiento adecuado, lo que derivó en un sometimiento a prácticas que sometieron a castigos psíquicos y físicos hasta al momento del parto”, resaltó el abogado patrocinante, Agustín Mariano Costal.  

Por último, el letrado solicitó a las autoridades judiciales que los tres hospitales en cuestión (Cestino, Gutiérrez y Garrahan) remitan la historia clínica del niño para realizar su correspondiente pericia médica, y pidió una evaluación psicológica de su defendida para comprobar los hechos denunciados. Vale destacar que, específicamente, los apuntados del nosocomio ensenadense son “el jefe del área de Obstetricia, los médicos, enfermeros, especialistas y sus superiores que atendieron a Allende a partir del 6 de julio del 2020”; mientras que los cargos contra el hospital platense sindican a idénticas jerarquías profesionales, pero entre el 10 y el 16 de julio del mismo año. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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