El kirchnerismo redacta una ley de Salario Básico Universal, aunque solo para indigentes

Si bien Cristina Fernández había apoyado el proyecto de Salario Básico Universal de Juan Grabois, el crítico estado de las finanzas públicas alentó que senadores de su bloque comenzaran a trabajar en una alternativa, consistente en definir un ingreso mínimo para los indigentes con un financiamiento que no afecte tanto a las cuentas fiscales. Los senadores cristinistas evalúan la alternativa de presentarlo en el Senado o bien acercarlo al presidente Alberto Fernández para que se apruebe por decreto presidencial. 

La iniciativa tiene en cuenta las afirmaciones de la ministra de Economía, quien sentenció que no es momento de debatir un salario universal, por lo que no lo incluirá en su proyecto de presupuesto para 2023, que deberá presentar el 15 de septiembre en la Cámara de Diputados. Martín Guzmán no había realizado esa presentación el año pasado, ya que no fue invitado por la Cámara por considerarlo responsable de la derrota en las PASO sufrida unos días antes. Se le reprochaba al entonces ministro haber borrado planes de asistencia como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que alcanzaba a una población similar a la que apunta el Salario Básico Universal.

El único proyecto presentado hasta ahora es el del diputado del Frente de Todos, Itaí Hagman, que responde al Frente Patria Grande, de Juan Grabois. Si bien CFK lo había respaldado en un acto público, nunca llegó a tratarse en comisiones. Juan Grabois reclamó su aprobación en la manifestación del jueves pasado, y le exigió á Alberto Fernández su aplicación por decreto, porque con los votos propios difícilmente sería aprobado por el Congreso Nacional.

Tampoco en el oficialismo la iniciativa tiene un gran respaldo. Por esta razón, Cristina encargó a la jefa de su bloque Unidad Ciudadana, Juliana Di Tullio, avanzar en el diálogo con ministros y organizaciones sobre una idea alternativa; un ingreso a personas que no tengan como garantizar su alimento, consideradas indigentes. En la práctica, no se trataría de un salario, ya que no exigiría una contraprestación laboral. También se parte del supuesto de que, si no hay oferta de puestos de trabajo, es por errores en los planes económicos y no por una crisis sistémica.

Grabois fue uno de los primeros interlocutores de Di Tullio. En su entorno filtraron: "Sabemos que están trabajando en uno y tuvimos algunas reuniones. Si avanza, veremos cómo viene y haremos una devolución". El borrador que maneja la senadora tiene un costo fiscal cercano a 2 puntos del PBI, que podría reducirse si sustituye planes sociales existentes. 

También Di Tullio se reunió con otras organizaciones, funcionarios del ministerio de Desarrollo Social y de la ANSES. La idea es asignarles a los indigentes un monto equivalente a la canasta básica alimentaria, que hoy está en los 14 mil pesos, tal como planteaba el proyecto de Hagman. El proyecto, además, podría incluir una auditoría de las cooperativas vigentes para determinar cuánto dinero llega a los beneficiarios. Este aspecto es foco de controntación con el Movimiento Evita. 

Por ahora, la vía del decreto parece la más aconsejable porque la oposición se opone drásticamente. Tampoco el presidente es muy afecto al uso de la lapicera, tal como le reclamó públicamente varias veces Cristina Fernández. De este modo, entre conversaciones reservadas y rumores diversos, avanza la redacción de este proyecto alternativo. Pero las posibilidades de aplicación son acotadas, sobre todo a partir de la insistencia del FMI sobre la necesidad de realizar un “doloroso ajuste” durante la segunda mitad del año. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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