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24 de julio de 2022 | Nacionales

Oportunidad en tiempo de crisis

¿La hora de Batakis?

El nivel de improvisación y de falta de capacidad del gobierno nacional es conmovedor. Su propia impericia acelera los tiempos para la inevitable catástrofe, que no podrá esquivarse, más temprano que tarde.

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La corrida financiera no cesa y el aumento desmadrado de la cotización del dólar blue –que llegó a los 338 pesos, cuanto un mes atrás flotaba alrededor de los 210- vacía la capacidad de compra de la inmensas mayoría de los argentinos. Con un dato peor: no hay precios. Nadie sabe cuánto cobrar, ni cuánto le saldrá reponer lo vendido. El primer interrogante plantea la alternativa de calcular los precios en base al dólar oficial, el MEP, el CCL, el futuro, el mayorista y el blue. La segunda es aún más grave: los precios de reposición son una incógnita, las listas de remarcaciones se reemplazan varias veces a la semana y los faltantes de productos son cada vez mayores. Nadie quiere vender, aunque no le quede otro remedio, ya que no sabe si está ganando o perdiendo con la transacción.

El nivel de confusión es tal, que la ministra de Economía, Silvina Batakis, pasó de ser prácticamente un cadáver político a convertirse en la única funcionaria de rango que viajará a los Estados unidos este sábado por la noche. “Hay que sostener a Silvina”, bajaban línea desde el gobierno, aunque sin mucha convicción, ante las consecuencias que podría implicar su recambio a apenas quince días de su nombramiento. De hecho, hasta el jueves no se sabía si integraría la comitiva oficial de Alberto Fernández en su visita a Joe Biden. Las cosas, como siempre, cambiaron drásticamente en cuestión de horas. Biden contrajo COVID-19, Alberto debió suspender su viaje y en cambio ahora quien estaba en duda será la única integrante de la gestión. Irá a los Estados Unidos pero no a verse con autoridades norteamericanas, sino a pedir un nuevo perdón por los incumplimientos del acuerdo firmado por Martín Guzmán, con el aval presidencial y de la oposición.

Todo está roto en el gobierno nacional. Los recién llegados quieren irse. A Juan Manzur el presidente no le atiende del teléfono. La portavoz anda sorteando juguetes sexuales. Cristina mantiene un silencio atronador y Sergio Massa apoya en silencio, herido por la determinación de Alberto de cerrarle el camino a su propuesta del supergabinete económico.

Mientras tanto, las declaraciones de Juan Grabois y Aldo Rico encendieron aún más el clima de inestabilidad. Ningún analista serio apuesta un cobre a que Alberto llegue a diciembre de 2023. El interrogante de fondo , en cambio, es más difícil de responder: ¿Si no sigue Alberto, cómo se lo reemplaza?

En estas condiciones, Silvina Batakis tendrá su primer encuentro cara a cara con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. En las condiciones en las que viaja, nada podrá negociar. Deberá aceptar mansamente las indicaciones del FMI y luego ver de qué manera podría tratar de implementarlas. Georgieva sabe que si Batakis sigue en su cargo es porque no hay por quién recambiarla. Su capital político es inexistente.

El martes, la ministra se reunirá con empresas estadounidenses que invierten en nuestro país y también con directivos de Google, Chevron, General Motors y Amazon, más otros que se agregarán en las próximas horas. ¿Qué podría llegar a ofrecerles?

Si bien la mayoría la hizo a un lado, ignorándola para no extremar sus críticas, todos los actores del tablero político seguirán atentamente el desarrollo de estas reuniones. En una conmovedora soledad, la ministra se apresta a afrontar su futuro y a tratar de definir el destino de todos los argentinos. No la respaldaron, no pudo implementar la mayoría de los anuncios que realizó, no pudo completar su propuesta económica. Y aún así viaja.

No cabe ser duro ni corrosivo hacia ella. Al fin y al cabo, fue la única que tuvo los ovarios para ponerse al frente de una nave ya torpedeada por la pesada herencia, la pandemia, la guerra, Martín Guzmán y la propia incapacidad del gobierno de Alberto y Cristina Fernández.

Ahora la entregan a los lobos. Toda una definición de la gravísima crisis que nos corroe. Sólo nos queda esperar -una vez más y van- que Dios siga siendo Argentino. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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