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27 de julio de 2022 | Nacionales

Economía cambiaria

Miguel Pesce pronosticó que para agosto los dólares alternativos bajarán de los 300 pesos

Con la renuncia de Martín Guzmán, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, cobró vuelo. Su creciente protagonismo lo llevó a anunciar ayer el denominado “Dólar soja”, un anuncio que debería haber realizado la ministra de Economía, Silvina Batakis, o al menos deberían haber esperado su regreso en el día de hoy.

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Pesce es una especie de representante de los intereses bancarios y financieros en el gobierno, y por ello ha sufrido constantes cuestionamientos. Cristina Kirchner en su momento lo incluyó dentro del grupo de los “funcionarios que no funcionan”, y Sergio Massa exige su renuncia como condición para su inclusión en el Gabinete nacional.

Radical desde siempre y respaldado por el mundo financiero, aprovechó los desaciertos y cortocircuitos de las últimas semanas para levantar vuelo. Este martes sorprendió el anuncio del “Dólar soja” en horas de la tarde, cuando durante la mañana en la Exposición de la Sociedad Rural, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, lo había descartado, y un rato más tarde el propio Alberto Fernández embistió contra los “especuladores” del campo en el acto de conmemoración de un nuevo aniversario de la muerte de Eva Perón.

¿Por qué razón se desautorizó nuevamente al presidente, dejándolo en ridículo apenas un rato más tarde? ¿Estaba al tanto Batakis de la decisión? ¿La comunicó al FMI, en tanto se opone a los lineamientos del acuerdo?

Lo peor del caso es que la medida adoptada dejó a todos descontentos, y no es seguro que se incremente significativamente la liquidación de stocks de las silobolsas. Del lado del campo, tanto Gustavo Grobocopatel, como el presidente de la Sociedad Rural y la Federación Agraria, pusieron en duda las “ventajas” que les significaría aceptar las nuevas condiciones impuestas por el gobierno por dos meses. Más aún cuando un alto funcionario legislativo les había prometido que podrían liquidar al precio del blue.

Del lado del Frente de Todos, Pedro Peretti aseguró que “había alternativas para pararse de manos frente a los especuladores”, tras lo cual se sinceró: “Me siento el rey de los boludos”, por haber liquidado sus productos en el marco de la ley que ahora altera el gobierno nacional.

La decisión dejó una vez más en evidencia la desconexión y las contradicciones dentro del gobierno y de la coalición gobernante. Su debilidad es tal que, incluso cuando cede, no consigue contentar a nadie. ¿Cómo podría explicar Alberto Fernández, por ejemplo, el drástico viraje en la política pública hacia el campo en cuestión de horas? No es nuevo que el presidente se contradiga todo el tiempo, el problema es que ya ha atravesado los límites del ridículo.

En este contexto, el auto empoderado Pesce afirmó que la secretaría de Energía trabaja junto al ministerio de Economía para bajar el costo de importación de energía y mejorar así la balanza de comercio, para conseguir que los 2000 millones de dólares gastados en junio y julio para la compra de energía bajen a menos de 1600 millones en agosto.

Además, manifestó sus expectativas de que “en septiembre el gasto sea de 900 millones, ahí tendríamos que tener superávit comercial", al sumársele la liquidación de stocks propiciada por el dólar soja.

Con esta herramienta, "creemos que pueden llegar a obtenerse 2.500 millones de dólares, muy posiblemente más", ya que "hay en manos de los productores rurales unos 13.000 millones de dólares en porotos de soja" todavía sin liquidar.

Sin embargo, una vez más se maneja en el campo de la ficción. Expertos en el sector agrícola han señalado que las existencias reales plausibles de ser vendidas sólo llegan a la mitad de las estimaciones del gobierno. Y que, al no estar urgidos por la necesidad, difícilmente haya un aluvión de ventas en los próximos meses.

Si esto fuera así, significaría un nuevo disparo en los pies del gobierno. Desautorizaron al presidente, demostraron su franca debilidad al ceder ante el campo, y los resultados obtenidos serían acotadísimos. Y esto sin mencionar las resistencias y críticas internas ante la decisión que acercó a la coalición gobernante varios pasos más cerca del estallido definitivo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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