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31 de julio de 2022 | Nacionales

Moviendo piezas

Alberto intenta no resignarse

Alberto Fernández intenta evitar convertirse en cadáver político y trata de mover las escasas piezas que le quedan para no ser excluido del todo del proceso de toma de decisiones.

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En las últimas jornadas ha debido resignar ministerios y oficinas claves en la administración del estado. Sabe que ha quedado extremadamente debilitado, pero aún así juega sus últimas cartas para evitar convertirse en un presidente testimonial.

Por esta razón designó en la vicejefatura de Gabinete a Juan Manuel Olmos -hasta ahora jefe de Asesores de la Presidencia-, desplazando a Jorge Neme a la estructura del nuevo ministerio que encabezará el actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa.

Según informa el comunicado difundido por la presidencia, Olmos fue nombrado secretario de Coordinación Presupuestaria y Planificación del Desarrollo y vicejefe de Gabinete de Ministros. Se trata de un cargo estratégico que le marca aún más el recortado universo de acción que maneja Juan Manzur. Si de este modo piensa mejorar su relación con los gobernadores, está siendo víctima de otro ataque de realismo mágico.

El presidente y el jefe de Gabinete acordaron que Jorge Neme, hasta ahora vicejefe de Gabinete, será trasladado a la estructura de Economía con el acuerdo del futuro ministro Sergio Massa. Con la aceptación de Neme, Massa suma puntos con los gobernadores. Los  mismos que pierde Alberto con el intercambio.

No es que Manzur y Olmos tengan mala relación. Muy por el contrario, los une una relación política y personal de muchos años. Pero para los gobernadores peronistas se trata de una nueva intromisión dentro de los escasos espacios de que disponen en el gobierno nacional.

La reunión de la semana que pasó entre Alberto y los gobernadores peronistas fue tensa y no faltaron los agravios. Le exigieron que ponga fin a la opereta con Cristina Fernández de Kirchner, y que se corra del centro de la escena. Más aún, se puso en cuestión su aptitud para gobernar y un veterano jefe provincial lo trató de “forro”, antes de pegar el portazo e irse sin almorzar.

Con su insistencia por durar, Alberto Fernández sigue disparándose en los pies. Y, lo peor, es que cada disparo afecta aún más la débil cohesión interna del Frente de Todos y la limitada gobernabilidad que existe hoy en día. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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