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8 de agosto de 2022 | Opinión

Argentina, fábrica de esclavos

Si eliminamos los planes, terminamos con la esclavitud

Desde 1983 hasta 2022 no hemos tenido en Argentina ninguna guerra, ni militares al poder, ningún terremoto, ni tsunami, ni ciclón que destruyó medio país y justifique pasar de 5 a 50 por ciento de pobres. ¿Qué nos pasó?

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por:
José Luis Kelly

Todo fue en democracia. 27 años de Peronismo (69,3 por ciento) más 8 años de radicalismo (20,5 por ciento) más 4 años del Pro (10,2 por ciento). La gran asistencia planera que comenzó hace veinte años, como una emergencia, con el tiempo se transformó en el karma de los argentinos, pues al no crearse puestos de trabajo genuino hemos convertido a más de la mitad de los trabajadores en planeros permanentes y esto trajo consecuencias estructurales en la sociedad y ventajas a políticos inescrupulosos que especulan con esta situación.

Millones de planeros de hoy no vieron trabajar ni estudiar a sus abuelos, a sus padres y como el ejemplo dignifica y enseña, nos encontramos hoy con la destrucción sistemática del núcleo familiar en todos los aspectos. La clase política con los planes logró generar miles de punteros, fabricó gerentes planeros, Juan Grabois, Emilio Pérsico, Luis D’Elía, Milagro Salas, etcétera y lograron institucionalizar la pobreza convirtiendo a los planeros en esclavos del sistema.

¿Y cómo comienza la historia? En el año 1994 entre Menem y Alfonsín, con el pacto de Olivos, entre otros curros, inventaron el Consejo de la Magistratura, con el objeto de controlar y mejorar el sistema judicial. No sólo no cumplió su objetivo sino que fue el disparador de la gran impunidad que tenemos hoy día. Y logramos que el poder político designe a los presidentes y gobernadores, a los ministros, a los jueces, a los miembros del Consejo de la Magistratura… Y logramos la impunidad total, nadie es culpable de nada. Menem 24 años, Cristina 14 años, Macri 10 años, Picolotti 12 años, y miles de casos más. En el año 2000 escribí un libro y desgraciadamente acerté porque señalé que esta nueva forma de gobierno nos traía desocupación, corrupción y nunca tendríamos justicia independiente.

Néstor Kirchner dijo en reiteradas oportunidades que sin plata no se puede hacer política y su tarea de acumular capital comenzó junto a su esposa en el sur, hasta sacó del país 500 millones de dólares en forma especulativa, sin cuentas claras del retorno del capital ni sus intereses. Ahora su esposa, a través de sus mandantes, le exige al campo que liquide su trabajo a 90 pesos por dólar cuando está en 300 pesos por dólar. Y esta acumulación de fondos propios y para la política tiene cientos de fuentes de obtención: Hotesur, Los Sauces, la ruta del dinero K, contenedores de aduana, Skanska, sueños compartidos, Cristóbal López, Lázaro Báez,  Rudi Ulloa -de jardinero a millonario-, Milagro Sala, los bolsos de Antonini Wilson, la embajada paralela, muerte de Alberto Nisman, pacto con Irán, cepo al dólar para el pueblo no para dirigentes, la Rosadita, Ricardo Jaime, Amado Boudou, Julio De Vido, alevosos sobreprecios de las obras públicas, la aduana de Ricardo Echegaray, la patota de Guillermo Moreno, mentir con el INDEC, entre Aerolíneas Argentinas e YPF llevamos perdidos más de 22.000 millones de dólares en catorce años, efedrina, ñoquis del Senado, los bolsos de López, los millones de dólares de Florencia, el patrimonio de Máximo, 678, compra de tierra fiscal a precio vil, Seychelles, la aduana paralela, el valijero Fariña, la bolsa de Felisa Miceli, mafia de los medicamentos, el Alto Calafate, menos pobres que en Alemania, fiesta de Olivos, fiesta de Ulloa, negocios ideológicos con las vacunas por COVID y cientos de actos de corrupción, muchos a la vista de todos amparados en la impunidad lograda por el poder política.

Y con mucha plata en la caja personal y política compraron todo lo que les servía a su proyecto de impunidad y perpetuidad en el poder, YPF, Aerolíneas Argentinas,  hoteles, acciones de empresas a través de testaferros, hoteles que facturaban millones sin gente adentro, secretarios que en cinco años compraron decenas de propiedades en Estados Unidos por 70 millones de dólares, otro secretario con fortuna de 20 millones de dólares muerto en el sur, compraron terrenos fiscales a precio vil, compraron con testaferros sin patrimonio canales de TV, radios, diarios, compraron obras con sobreprecios, pagaron obras que no se terminaron… En fin, armaron una caja política y una caja personal, usando al estado como un medio para lograr sus objetivos.

Ahora bien, hechas las cajas, comenzó el plan sistemático de generación de pobres, pues se dieron cuenta que mientras eran pobres y recibían planes, dependían de ellos y ahí tenían asegurado del 30 a 35 por ciento de los votos. Resulta raro, usando sentido común, cómo en los últimos veinte años ningún político, ningún sindicalista, ningún gerente de planeros, ningún legislador oficialista, presentó proyectos de generar puestos de trabajo genuinos. Jamás se generaron políticas públicas que apoyen la radicación de empresas en forma masiva, sólo casos aislados, porque en el fondo si un planero recibe un trabajo genuino, no vende ni regala su sacrificio a nadie y, por lo tanto, el poder político perdería su voto cautico.

La generación de empleo castiga tanto al empleador como al empleado.

En Argentina en los últimos veinte años hubo un plan sistemático de destrucción del empleo, abandono y piedras en el camino a la creación de empleos, todo con el objeto de mantener cautiva una clientela electoral y con ello lograr la perpetuidad en el poder.

Y hasta Mauricio Macri con la mesa servida por Néstor y Cristina, sin querer queriendo como decía “El Chavo”, también aumentó los planes, por ende, la esclavitud y aportó su granito de arena al proceso de degradación humana.

La pregunta a esta altura de la historia es cómo no nos dimos cuenta que a gran parte de la clase política nunca le interesó generar puestos de trabajo genuinos y terminar con los planes por ende con la esclavitud.

¿Por qué no hay generación de empleo en el país?

Los políticos generaron inestabilidad política y económica.

Los políticos no generaron reglas claras que faciliten la inversión.

Los políticos generaron una inflación brutal, donde permanentemente se devalúa el peso y por ende desalienta las inversiones.

Los políticos generaron cepo al dólar y más de treinta valores de dólares diferentes.

Los políticos jamás modificaron las leyes laborales claves para que las pymes, los comercios y demás inversores incorporen personal.

Los políticos saben que hay una industria nacional de juicio a los emprendedores, pero les conviene a su negocio de no generar puestos de trabajo.

Los políticos tratan permanentemente de oligarcas y traidores a gente de campo, a industriales, a comerciantes. Algo nunca visto.

Los políticos pusieron en puestos claves a funcionarios inútiles en la generación de empleos sin ningún tipo de experiencia.

La política designa a un ministro y al otro día sale a boicotearlo.

La política se nos ríe cuando los inversores, generadores de empleo, le solicitan un plan a largo plazo, requisito indispensable para instalar una fábrica o un comercio.

La política inventó más de 160 impuestos y con ello abortó todo tipo de inversión.

En los últimos veinte años, no se movió la aguja de convertir materias primas en productos manufacturados y hoy tenemos como resultado:

Exportamos trigo, no galletitas, no fideos y demás manufacturas.

Exportamos soja, no milanesas de soja y demás manufacturas.

Exportamos algodón y sólo el 19 por ciento se manufactura en el país.

Exportamos cuero y sólo el 15 por ciento se manufactura en el país.

Exportamos lana y sólo el 10 por ciento se manufactura en el país.

Exportamos minerales y sólo el 21 por ciento se manufactura en el país.

Un flete de China nos cuesta en 35 días de barco 594 dólares y un almacenaje de esa mercadería en depósito de puerto argentino por tres días nos cuesta 920 dólares. Los depósitos fiscales son testaferros de políticos y sindicalistas. Quién va a invertir.

AFIP detiene sin ninguna explicación exportaciones industriales de 50 mil dólares, por deudas originadas por no se sabe de quién por 4,98 pesos. Sí, menos de 5 pesos. ¿Quién va a exportar?

Exportamos decenas de materias primas y no las manufacturamos. ¿Qué nos pasa? Las manufacturas valen cinco o diez veces más que las materias primas, no queremos recaudar más o no queremos instalar fábricas que generen empleo genuino por miedo a perder el caudal de votos, pues el trabajador que trabaja, piensa y ya no se lo compra con un plan.

El mantenimiento sistemático de los planes logró:

La destrucción de la familia, pues las parejas no quieren casarse para mantener cada una el plan, la destrucción de la educación, pues cuanto más ignorante es el trabajador más fácil es manejarlo.

Cuando un presidente dice que no es importante la meritocracia, es la confesión implícita de que queremos trabajadores ignorantes y pobres para manejarlos a través de un plan. Una ayuda de un plan social en el mundo dura de seis meses a un año, en Argentina llevamos veinte años. Será casualidad el 50 por ciento de pobres.

Los planes a largo plazo destruyen el amor de los trabajadores por el trabajo, destruyen la creatividad de las personas, destruyen el ejemplo de padres a hijos, destruyen el respeto a los mayores, destruyen la educación como objetivo de ser mejores para tener mejores empleos, destruyen la escuela primaria y secundaria pues los egresados no pueden trabajar en ningún empleo formal, incrementan los consumos de drogas, consolidan la informalidad social, el resentimiento al que tiene o logra algo distinto, el resentimiento al que estudia y se esfuerza, el resentimiento al que trabaja formalmente y sabe que con sus impuestos debe mantener este sistema que no nos lleva a ningún lado. En fin, con este plan sistemático de planes sociales hemos logrado convertir a millones de trabajadores en planeros y en función de la degradación obtenida a todo nivel, podemos decir que hemos convertido a los planeros en esclavos del sistema. Por lo tanto, en Argentina: “Debemos eliminar los planes, terminar con la esclavitud”.

A marzo 2022, la deuda externa argentina era de aproximadamente 376.000 millones de dólares. Entre 1983 y 2022 se gastaron en forma innecesaria, o sea evitables, aproximadamente 432.000 millones de dólares, o sea un 15 por ciento más de la deuda total. Si esa plata se hubiera invertido para generar puestos de trabajos genuinos (no del estado), hoy no tendríamos planes sociales. Podemos ahorrar por año, sin ajuste, con aumento a los jubilados, cortando los gastos innecesarios, aproximadamente 22.000 millones de dólares.

Por último debemos exigir al próximo gobierno que escriba, no verso en canales de televisión o radios, con seis meses de anticipación de las elecciones, cuál va a ser su política integral de generación de empleos, en forma concreta, no slogans; cómo lo van a hacer y en qué tiempo, cómo van a eliminar los planes -por ende la esclavitud- y además que se comprometan a un nunca más XL, caiga quién caiga, si es necesario con jueces internacionales, con prisión efectiva, nada de domiciliaria, a los que nos llevaron a la actual degradación humana. Es muy grande el desastre generado, tanto humano, intelectual como material.

Más propuestas concretas en www.joseluiskelly.ar.

 

(*) El ingeniero José Luis Kelly es precandidato a presidente de la Nación.


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