Copa Argentina: Sospechas de corrupción detrás de una mentira de Capitanich

Tras confirmarse oficialmente que el estadio Centenario del Chaco será la sede del partido de octavos de final de la Copa Argentina, entre River Plate y Defensa y Justicia, decenas de hinchas del equipo de Marcelo Gallardo comenzaron a acampar en la puerta para obtener una entrada.

Consultados por los medios televisivos, los hinchas de River aseguraron que necesitaban estar entre los primeros “porque en este estadio no entra la gente”. Nobleza obliga, River viene de agotar las entradas del estadio Monumental diecinueve fechas consecutivas, lo que permite asumir que muchos quedarán afuera.

Sin embargo, una nueva preocupación surcó el cielo chaqueño y lo tiñó de sospechas de corrupción: la verdadera capacidad del estado Centenario de la ciudad de Resistencia, su capital.

Inaugurado en 2011, en plena gestión de Cristina Fernández de Kirchner, actualmente a la espera de ser condenada por numerosos hechos de corrupción, el mismo consta de tres plateas y dos tribunas populares. De acuerdo a las declaraciones del propio gobernador del Chaco, Jorge Milton Capitanich, se trata del “estadio más grande de la provincia, con capacidad para 25 mil espectadores”.

Sin embargo, y más allá de las declaraciones oficiales, un recuento exhaustivo del estadio demostró que su capacidad es notablemente inferior. En efecto, tiene una platea baja, compuesta de ocho sectores, con una capacidad total de 3.817 lugares. Por encima de ella se encuentra una platea alta, con seis sectores y capacidad para otras 3.178 personas.

Además de ellas, cuenta con una platea visitante preparada para recepcionar a otros 3.635 simpatizantes y dos tribunas populares con una capacidad máxima de 3.500 espectadores cada una. De este modo, la capacidad máxima de todo el estadio Centenario del Chaco es de 17.630 espectadores. Lejos, muy lejos, de los 25 mil afirmados por Capitanich.

El presunto “error de cálculo” del gobernador Capitanich despertó fuertes sospechas entre los socios del club Sarmiento y los vecinos de la ciudad de Resistencia. ¿Por qué razón simular una capacidad superior a la real? Casos similares en otros clubes del país escondían un oscuro negociado de lavado de dinero y negocios con las barras.

En efecto, la posibilidad de los clubes de declarar más capacidad de las que realmente tienen esconde la opción de una recaudación declarada mayor a la real. Dado que los clubes de fútbol están alcanzados por el decreto 1212 del año 2003, sólo pagan el 7 por ciento de alícuota, contra el 31 por ciento que paga el resto. Es por ello que simular una facturación mayor tiene costos relativamente bajos para un club de fútbol.

El destino del lavado de activos es otro motivo de preocupación. "El negocio de las barras bravas relacionado al narcotráfico se esconde como un fantasma tras el lavado de activos. Existen clubes que declaran facturaciones por venta de entradas mayor al real para lavar dinero del narcomenudeo de las barras bravas", aseguraron a REALPOLITIK. 

“Es por esto que es importante que los clubes informen con exactitud la capacidad de sus canchas. Cualquier exageración puede resultar una herramienta muy útil para la evasión de impuestos y el lavado”, explicaron a REALPOLITIK abogados especialistas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), hoy en manos del ex arquero Carlos Castagneto.

Aún así, la evasión impositiva de los clubes continúa siendo elevada. Durante el 2016, la AFIP elevó denuncias penales sobre ganancias no registradas que impactaron fuertemente en algunos de los nombres más importantes del país. Entre ellos, Estudiantes de La Plata y Racing Club, que debían 13 y 17 millones de pesos respectivamente, encabezaron la lista de deudores. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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