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28 de agosto de 2022 | Nacionales

Juicio político contra Alberto

En la UCR, Morales y Manes coinciden en evitar la sobreactuación

Cuando la situación política alcanza su mayor tensión y revitaliza al extremo, la grieta entre oficialismo y oposición aparecen, no obstante, actitudes y declaraciones de dirigentes radicales que no se dejan absorber por tentaciones que lleven a un mayor estrépito social.

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En el contexto de un avance arrollador del cristinismo y la causa Vialidad, el presidente Alberto Fernández lejos de poner paños tibios a una confrontación política potenciada por redes y medios, alentó una marcha callejera del Frente de Todos y habló con cierto desprecio de la Justicia y hasta deparó alguna sugerencia temeraria hacia el fiscal del caso, Diego Luciani, de quien dijo que espera que no se suicide.

Todo este cúmulo de declaraciones y “gestos” presidenciales despabiló al ejército de legisladores de Juntos por el Cambio que encontró como un nuevo capítulo de esta larga novela al pedido de juicio político contra el jefe de estado.  

La inmensa tropa de dirigentes tuvo dos notables excepciones como las del presidente del comité nacional de la UCR, Gerardo Morales y del diputado nacional, Facundo Manes

RESISTIR LAS PRESIONES

Ambos resistieron una enorme presión desde un entramado alimentado por dirigentes, activos usuarios de redes sociales y medios de comunicación que suelen marcar no sólo un cuadro de realidad, sino una agenda de respuestas políticas. Tal vez no digan qué hacer, pero, a partir de un análisis con que dimensionan la gravedad política, también dejan el campo virgen para determinadas acciones.

Esto pareció ocurrir cuando el interbloque de Juntos por el Cambio, que integra la UCR, solicitó la máxima medida de impugnación hacia la gestión del presidente. Ante esto, cabe resaltar que tanto Gerardo Morales como Facundo Manes coincidieron en trazar un diagnóstico bastante preocupante, pero que requiere de un análisis más profundo que un comunicado escrito contrareloj con mayor atención en parar las rotativas que en generar una reflexión profunda.

LA REACCIÓN DE MORALES

Morales fue el primero en salir al cruce de la respuesta colectiva de la coalición que lo contiene como uno de sus principales protagonistas. Entiende que persiste la tendencia del Pro a erigirse en la proa de una nave como para seguir marcando el rumbo y que, por tanto, hay que acudir al freno de mano.

Todo sucede a un ritmo frenético porque el gobernador de Jujuy había participado a inicios de semana del encuentro de la mesa nacional de Juntos por el cambio, como uno de los más prominentes representantes del partido de Alem y habían acordado en un rosario de críticas hacia la Casa Rosada. Por eso, prefiere mantener la misma metodología a la hora de tomar decisiones trascendentes.

Además, prefiere reservar para los partidos políticos la posibilidad de seguir siendo usinas estratégicas de decisiones trascendentes y, en ese sentido, la respuesta al presidente entraba en esa categoría.

Morales sigue analizando detenidamente cada una de sus expresiones y acciones y está muy ensimismado en un futuro congreso nacional del radicalismo donde, seguramente, se estará reflexionando sobre este tipo de reacciones que tuvo a radicales abonando a un juicio político express y a otros con mayor prudencia, pero con el análisis de distintas alternativas para responderle al oficialismo.

LA REBELDÍA DE FACUNDO 

Manes corrió en sentido similar y aun soportando mayores presiones, porque, a diferencia de Morales no porta un cargo representativo partidario y se expuso en demasía como un rebelde ante sus 115 compañeros de bloque, muchos de ellos de su misma filiación partidaria.

Prefirió circunscribirse a su modo de ver las cosas, en el sentido de no sucumbir a los cánticos de sirena que demandan respuestas de amplia repercusión mediática, pero que pueden significar el ingreso en una espiral de violencia de la cual no se puede volver atrás fácilmente.

A diferencia de Morales, el neurocientífico no se refirió a una especulación del Pro, pero sí se dedicó a explicar públicamente por qué no le parecía que el juicio político era la receta más adecuada y oportuna.

Lo de Manes tensiona aún más la interna de Juntos, porque no se trata de la primera vez que se decide a ir, como a él le gusta decir: “en contra de la manada”. Hay que acordarse de que en alguna oportunidad anterior, se quedó en el recinto de la Cámara de Diputados, cuando sus compañeros de interbloque se retiraban en una sesión donde se trataba algún paquete de medidas económicas del oficialismo.  

Manes potenció al máximo esa diferencia y se va ganando adversarios de peso que lo vienen observando con cierta suspicacia, por caso, cuando viene mostrando ciertas señales de apertura hacia construcciones que exceden el marco planteado desde Juntos por el cambio.

Lo cierto es que, tanto Morales como Manes –ambos precandidatos presidenciales– optaron por alguna alternativa a la zona de confort que implica ir a la par de grandes medios de comunicación y de cierto establishment, aunque eso suponga correr riesgos. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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