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5 de septiembre de 2022 | Nacionales

Investigación

Atentado a CFK: A nadie le interesa aclarar lo sucedido

Aníbal falló. Rossi falló. Alberto falló. En cualquier sociedad medianamente seria, cuando se produce un hecho como el atentado a la vicepresidenta del jueves pasado, el ministro de Seguridad y el jefe de Inteligencia son eyectados. Pero en la Argentina es distinto: el presidente Alberto Fernández les ratifica la confianza.

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Cuando alguien –sobre todo una autoridad ejecutiva– es víctima de un atentado que lo tuvo a un click de la muerte, el afectado experimenta un estallido de ira y exige que los responsables se hagan cargo de sus errores, y de las eventuales complicidades que pudieran haber existido. El lector sabe que aquí no: "Ante la jueza, Cristina dijo que estaba muy conforme con su custodia, aunque admitió que ella es 'díscola', o sea, complicada de custodiar".

Por si todo esto fuera poco, cuando la Policía Federal intentó desencriptar el celular del agresor, algo falló, y en la pantalla apareció la leyenda “teléfono reseteado de fábrica”, por lo que se borró toda la información. A la PSA había llegado encendido y en un sobre abierto. No puede adjudicarse entonces la acción fallida a un “lobo solitario”. Evidentemente hubo una conspiración, pero –una vez más– todos han decidido mirar para otro lado.

La instancia del desencriptado sólo puede explicarse apelando al ridículo. Para hacerlo se utilizó un sistema complejo de origen israelí, UFED, introdujeron el celular, pero no pudieron lograrlo… “porque no se contaba con la contraseña con la que Sabag aseguró el celular”. Si hubieran tenido la contraseña no habrían necesitado del sistema israelí. Es decir, compraron un Fórmula 1 y pusieron a manejarlo a un chimpancé.

Para colmo de males, el arma levantada del suelo no tenía las huellas del atacante. ¿Era la que realmente usó? ¿La plantaron? Silencio stampa.

En cualquier lugar del mundo, además, cuando se trata de un intento de magnicidio la Justicia actúa con premura, para tranquilizar a la sociedad. Nuevamente no es el caso. En Comodoro Py aseguran que la jueza no se va a apurar y que decidirá la calificación cuando tenga todos los elementos de juicio. Más aún, no ha hecho aún siquiera una calificación provisoria de la causa.

Lo único que parece quedar en claro es que a nadie le interesa aclarar lo sucedido. Faltaría, nada más, que el agresor se “suicidara” en su celda. Pero, claro está, con los tiempos de la Justicia argentina, terminará quedando libre por el 2x1. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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