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Al frente del timón
Sergio Massa, la última esperanza
Este miércoles Cristina se reunió en el Senado con Sergio Massa, el gobernador Axel Kicillof y Máximo Kirchner, para evaluar los resultados de la gira que el ministro desarrolló por los Estados Unidos. El clima fue cordial, pero la preocupación por el nuevo índice de inflación del 7 por ciento los afectó a todos.
La explicación que trascendió informalmente es la misma que Máximo Kirchner se cansó de repetir a intendentes y legisladores durante los últimos quince días: "El ajuste ya lo hicieron Alberto y Martín Guzmán. Ahora Sergio está acomodando el desastre que nos dejó”.
Y es que, pese a las medidas adoptadas, que incluyeron mayores restricciones económicas y financieras, una reformulación integral de las erogaciones a ejecutar con importantísimos recortes, siguiendo casi en su totalidad el esquema anunciado por Silvina Batakis y una exitosa gira por los Estados Unidos –con felicitaciones del departamento de Estado y del FMI incluidas-, Massa ha conseguido un inédito respaldo político en lo que va de este gobierno, pero la inflación no cede.
"La diferencia principal es que Sergio habla todos los días con la jefa. Le informa la agenda y luego los resultados. Con toda claridad, la confianza se va construyendo. Eso no lo hacía Guzmán", asegura un destacado referente de La Cámpora.
Al cristinismo parece no molestarle ya la "dependencia" con el FMI. Lo toman como un dato de la realidad que debe aceptarse por la fuerza de los hechos.
En el albertismo que nunca nació, argumentan que "el cierre con el FMI fue siempre rechazado por Máximo, a Guzmán no lo dejaron trabajar en paz. Parece que fue un acuerdo para tomar el poder". Ahora es tarde. El presidente ha quedado prácticamente fuera de juego.
Un secretario de estado del riñón albertista acepta que la situación de su jefe es irreversible. Sólo se queja de la "incoherencia a cielo abierto que padecemos. Ahora hasta nos sacamos fotos con el embajador norteamericano", en alusión al respaldo que recibió Massa en los Estados Unidos y, en nuestro país, de parte de Marc Stanley. Y remite a las reuniones que tuvo con Roberto Baradel, Hugo Yasky y Pablo Moyano, a la luz pública. "Es el colmo, pero lo comprendo como una política de seducción", concluye.
Desde La Cámpora justifican el drástico giro de la agrupación, de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de Diputados del FPV al presente. "No está en juego un ministro, sino la Argentina", aseguran. Y adelantan que "seguiremos así hasta que no podamos más. En ese momento, se abrirá otro capítulo”. ¿Cuándo? La pregunta no tiene respuesta.
En la cúpula del gobierno real que participó de la reunión del Senado no hubo mención ni comentario alguno sobre la estrategia presidencial del año próximo. Ni Cristina se hizo cargo de la política de aclamación popular que inició el ultracristinismo, ni Sergio Massa planteó ambición alguna.
El acuerdo de cúpula incluye excluir del debate términos tales como “candidatura” o “futura presidencia”. Lo único que importa es el aquí y ahora, mucho más con los datos de inflación de agosto sobre la mesa. Saben que, de repetirse estos números, la ola podría barrer con todo. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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Roberto Baradel, Pablo Moyano, Máximo Kirchner, Alberto Fernández, Silvina Batakis, Axel Kicillof, Hugo Yasky, Sergio Massa, Martín Guzmán, Marc Stanley¿Qué te parece esta nota?
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