Cristina, la “Chacho” Álvarez del Frente de Todos

Tan es así, que algunos ya han comparado su situación con la de Carlos “Chacho” Álvarez. Forma parte de un gobierno que impulsa un programa al que siempre se opuso, su presidente -deberá hacerse cargo alguna vez de que ella lo eligió- sólo tiene un rol testimonial y con el programa en curso no podrá aspirar ni a retornar a la primera magistratura. Ni siquiera a volver a autoasignarse el rol de “gran electora”.

"Al final está teniendo el mismo destino que ‘Chacho’ Álvarez”. Terminó acompañada por unos pocos militantes nada más que en Juncal y Uruguay y no en Varela Varelita”, explica, con ironía, un avezado dirigente peronista, guerrero de mil batallas.

Así como con su renuncia “Chacho” Álvarez hizo estallar el gobierno del que formaba parte, que debió retirarse antes de tiempo y con las calles incendiadas, un alejamiento de Cristina podría llevar a un final similar al del Frente de Todos. Más aún si ese distanciamiento está acompañado de la verborragia incendiaria que utilizó para marcarle la cancha a Alberto Fernández. Pero no parece ser esta una alternativa probable, al menos por ahora. Esta Cristina sin alma, que agradece “a Dios y a la Virgen” por haber salvado el pellejo, parece estar en las antípodas de la que conocimos durante años.

Más aún, su poco prolija decisión de establecer un diálogo con Mauricio Macri suena a crónica de una muerte anunciada. ¿Para qué reunirse si no es para acordar la sucesión presidencial, con recambio de coalición incluido, en 2023?

Pocos lo recuerdan pero un año después de su renuncia, “Chacho” Álvarez intentó volver al gobierno de Fernando de la Rúa como jefe de Gabinete, una vez que su archienemigo, Domingo Cavallo, ya había sido designado y reconocido como “salvador de la Patria”.

“Chacho” no pudo volver, y seguramente Cristina tampoco pueda. Después del atentado, no sólo los apoyos y solidaridades fueron raleadas. También decayó considerablemente el número de fieles seguidores que concurre a la esquina de Recoleta y Juncal.

En la misa de Luján del pasado sábado la Basílica estaba a medio llenar. Los nombres de primera línea escaseaban, y la oposición y la propia jerarquía eclesiástica fulminaron el evento. Al interior del Frente de Todos la inconsistencia resulta evidente. Si no fuera por Sergio Massa que sostiene el gobierno a flote, todo habría naufragado.

"Algo está pasando”, afirma un líder social de fluido acceso a Máximo Kirchner. "Se los nota preocupados, como que tomaron conciencia de lo que está pasando”. Como confirmación, señaló que el jefe de La Cámpora “sólo pide que se mantenga la unidad”. “Cada nueva encuesta que les llega implica un nuevo cimbronazo”.

Al Frente de Todos sólo le queda confiar en la pericia de Sergio Massa para no tener que abandonar el gobierno antes del fin del período de mandato. Hasta ahora ha superado las expectativas en el ordenamiento de la macro y de los números fiscales, pero esta estrategia impacta directamente sobre los votantes de la coalición oficialista por los altos indicadores de inflación y la caída de los ingresos y planes sociales.

Algunos intendentes que, en uso de licencia ocupan ministerios, dudan entre volver a sus distritos para tratar de defender el territorio o quedarse en sus actuales funciones, ya que están resignados a ser derrotados por la oposición el año próximo.

Todo es desolación. Como los presos que cuentan los días que les faltan para recuperar su libertad, el gobierno hace lo mismo respecto del 10 de diciembre de 2023. Sólo que queda demasiado lejos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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