Con el Instituto de Hemoterapia en crisis, destinaron fondos a un mural de Evita y CFK

Numerosos trabajadores del Instituto de Hemoterapia de la provincia de Buenos Aires denunciaron públicamente que la actual directora, Laura González, “convirtió la histórica dirección de la institución que supo albergar a baluartes de la hemoterapia de la Argentina, como el doctor Fontana, el doctor Torres o la desaparecida y nunca olvidada Nora Etchenique, en una unidad básica”.

A pesar de la grave crisis que atraviesa el Instituto, que continúa sufriendo el desabastecimiento de sangre, provocando incluso que lleve a suspenderse operaciones claves en hospitales de importancia como el San Martín o El Cruce, González utilizó dinero de los fondos públicos para colocar un mural de Eva Duarte.

“Nuestra respuesta no tardó en llegar”, aseguraron los trabajadores. “Nos comunicamos con la dirigente para manifestarle que la institución es de todos, sin importar la ideología partidaria, por esto poco le importó. En vez de dedicarse a los problemas que nos aquejan, se dedica a querer compararse con Evita”, explicaron.

El mural en sí mismo es una muestra gratis de una gestión en decadencia. En el mismo, Evita parece Esther Goris y está acompañada por un curioso granadero con el pelo blanco peinado hacia arriba como una figura de animé japonés. Junta a ellos están Mafalda y la frase “No fue magia”, de Cristina Fernández de Kirchner, con un curioso sol psicodélico de fondo.

En las últimas semanas, desde el propio Centro Regional de Hemoterapia se envió un pedido de resolución al ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak y a la viceministra, Alexia Navarro, con el objetivo de buscar una solución a los descalabros y desmanejos tanto de González como de la responsable de abastecimiento de unidades de sangre, la doctora Lescano. Sin embargo, hasta el momento no hubo una respuesta oficial.

De acuerdo al testimonio de los trabajadores, existe además un ingreso indiscriminado de nuevos empleados, que hasta el momento habría ascendido a 45 personas, entre ellas el propio hijo de la directora Laura González, que no tardó en encontrar su lugar y su remuneración al poco tiempo de asumida su madre.

“Ya no sabemos a quién pedirle ayuda, ni el ministerio de Salud ni gobernación nos dan respuesta. Lo único que nos queda hacer es un piquete en las puertas del histórico edificio de 15 y 66”, advirtieron. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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