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29 de septiembre de 2022 | Nacionales

Aumentos tras aumentos

Inflación, otra “guerra” perdida

Si bien el gobierno nacional anunció hace tiempo una “guerra contra la inflación”, queda claro que se trata de un objetivo sobre el que lejos de avanzar, se retrocede cotidianamente.

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Condicionado por los términos del acuerdo con el FMI, las presiones corporativas y la pasividad sindical, el gobierno no está en condiciones de presentar un solo indicador alentador para los consumidores argentinos. A punto tal que ya ningún funcionario se atreve a sostener las afirmaciones del año pasado de Alberto Fernández, en las que afirmaba que, durante su gobierno, “los salarios le ganarían a la inflación”.

Precedido de dos meses de altísima inflación y con un septiembre que promete no irles a la zaga, el último trimestre del año se iniciará de la peor manera. El presupuesto presentado por el gobierno nacional incluye recortes muy significativos en áreas tales como salud, educación y acción social, que amenazan con encender aún más la hoguera de reclamos, hasta ahora más menos contenidos por la gestión del sindicalismo aliado. 

La inflación no encuentra ninguna barrera de contención, ya que tampoco se las levanta. Y mientras que Sergio Massa tiene en claro que la única alternativa es implementar un plan de shock cuyos resultados no podrían garantizarse, Cristina y Alberto le escapan a esa decisión, convencidos de que sería sellar la derrota electoral del año próximo desde ahora. 

El problema es que la inflación avanza y deteriora los bolsillos y enrarece el clima social. Los nuevos cuadros tarifarios y la actualización de otros servicios y prestaciones programados para el mes de octubre significarán un duro golpe al bolsillo de la mayoría de los argentinos.

Según los análisis privados, los indicadores que presentó Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el INDEC para julio y agosto - 7,4 por ciento y 7 por ciento respectivamente- no serían la excepción sino la regla para lo que resta del año. Septiembre estará entre 6,5 y 7 por ciento, y los nuevos aumentos de octubre no permiten pensar en un indicador más bajo.

En el mes que se iniciará el próximo sábado ciertos rubros anticipan fuertes subas. Se inicia la aplicación de la segmentación en servicios tales como luz, gas y agua, y se actualizarán otros como prepagas, expensas, alquileres, sueldo de empleadas de casas particulares, teléfono, internet y cable, tarifas y combustibles, entre otros.

Para el gas se estima un incremento del 20 por ciento debido a la quita de subsidios, que afectaráa los bolsillos de manera diferenciada según el nivel de ingresos o la falta de presentación del formulario RASE que permite retener la ayuda estatal. 

En la electricidad el impacto será mucho mayor, ya que las tarifas subirán hasta 50 por ciento, que se extenderá también a los hogares más humildes que excedan el tope de consumo previsto de 400 Kwh.

En el caso del agua, el incremento será más moderado, alcanzando al 10 por ciento, pero se sumará al del 20 por ciento que se aplicó en el mes de julio.

Estos aumentos sufrirán un nuevo incremento en el mes de noviembre para el caso de los denominados “usuarios de ingresos altos y medios”, que serán segmentados según la zona de residencia. 

Pero no serán los únicos. En octubre, las prepagas subirán 11,53 por ciento en lo que será el octavo aumento de las cuotas en lo que va del año. Los anteriores fueron aplicados en el mes de enero, con un 9 por ciento; y siguieron con 6 por ciento en marzo, otro 6 por ciento en abril, un 8 por ciento en mayo, un 10 por ciento en junio, 4 por ciento en julio, en agosto 11,34 por ciento y 11,53 por ciento en octubre. De este modo, los incrementos acumularán un 87,9 por ciento en diez meses, y aún resta el previsto para diciembre.

Para los inquilinos, el impacto será brutal. Para quienes deban actualizar sus alquileres, el incremento será del 67,3 por ciento, según el Índice de Contratos de Locación (ICL) que publica todos los días el Banco Central. Como ejemplo,  un alquiler que se pagó 50 mil pesos en el último año pasará a costar 83.654 pesos.

A este aumento deberá sumarse el de las expensas, que sufrirán un alza por la suba de tarifas y por el pago de la tercera de siete cuotas del bono extraordinario de 134 mil pesos que reciben los encargados de edificios. 

Por si fuera poco, el último acuerdo salarial que comenzó a regir en agosto –y que prevé una revisión en noviembre– incluye un nuevo aumento de los sueldos del personal de casas particulares del 9 por ciento para octubre. De este modo, las empleadas contratadas para tareas generales, comenzarán a cobrar 56.537 pesos por mes con retiro, en tanto que la hora pasa de 460 pesos en septiembre a 496 pesos en octubre.

Otro aumento que afectará al esquema general de precios será el de los impuestos sobre los combustibles, que serán de 4,8 por ciento para la nafta súper y 3,4 por ciento para el gasoil.

Así, la “guerra contra la inflación” está decididamente perdida. Lo que no queda en claro es el bando a favor del cual el estado interviene. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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