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15 de octubre de 2022 | Provincia

A la Justicia

Con Ricardo Lissalde, AUBASA acumuló más de treinta juicios en su contra

Escribano y ex concejal de Saladillo, cayó en desgracia cuando, siendo diputado provincial, denigró al cuerpo de bomberos y tuvo que dar de baja un proyecto propio. Ahora se encuentra enfrentado con sus propios trabajadores y con el gremio de Facundo Moyano.

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El escribano y ex concejal oriundo de Saladillo, Ricardo Lissalde, desembarcó en AUBASA en junio de 2021. De la mano del gobernador Axel Kicillof y acompañado por el por entonces jefe de Gabinete, Carlos Bianco, tomó la dirección de la asamblea de Autopistas de Buenos Aires SA tras su paso por la administración de Infraestructura.

Tras la accidentada gestión del director saliente, Javier Osuna, quien retomó su función como intendente del municipio de General Las Heras, las esperanzas de Kicillof fueron puestas en Lissalde quien, al momento de asumir, aseguró: “Actuaré con la lealtad y la diligencia que demanda esta responsabilidad”. Tras aquella declaración bañada de confianza, sin embargo, todo fue cuesta abajo.

Lissalde venía de hacer un papelón en el año 2019, cuando cumplía funciones como diputado provincial. En aquella ocasión, presentó un proyecto para aumentar en cinco años la edad jubilatoria de los bomberos. Cuando los trabajadores de la profesión protestaron por la iniciativa, Lissalde los agredió salvajemente a través de las redes sociales.

“Jubilarse a partir de los 43 años es un privilegio inadmisible. No sé si vos tenés cerebro o aire en la cabeza”, ironizó. “Seguí en la ignorancia peronista, pensando que todo es gratis, que todo es regalado, que nadie lo paga”, protestó. Horas después, asediado por las críticas, debió dar de baja el proyecto.

De este modo, Lissalde llegó a AUBASA para recomponer su imagen tras el vergonzante traspié. Sin embargo, el cargo marcó otro golpe, tal vez el final, a una carrera política que no logró despegar nunca.

Desde que asumió su gestión, Lissalde acumuló al frente de AUBASA al menos unos treinta juicios en contra de la compañía. Los motivos son variados, y oscilan entre el cobro de sumas de dinero a daños y perjuicios, y se cursan en al menos diez juzgados civiles distintos. Se trata de pérdidas multimillonarias para todos los bonaerenses.

Mientras tanto, la continuidad de Lissalde pende de un hilo. La misma intolerancia que mostró con los bomberos pareciera haber salido a la luz con sus trabajadores, quienes aseguraron que el titular de la compañía no está dispuesto a sentarse con ellos ni con sus delegados.

Por primera vez en mucho tiempo, las banderas ocuparon los peajes con mensajes exigiendo su renuncia y denunciando la precarización de los empleados. Son tiempos turbulentos para un funcionario que acumula escándalos a su paso y las nubes no parecieran querer retirarse. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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