Megabanda: Estupor por una confusa movida de dos agentes de la Policía Federal

Dos agentes de la Policía Federal, entre ellos Leandro Aníbal Simón, el oficial encargado de investigar el crimen del platense Juan Roberto “El Tecla” Farías, quien fue asesinado en la noche del 1 de diciembre de 2010 en un edificio de la avenida 44 y 26, solicitaron declarar en un recinto aparte, sin la presencia de los imputados.

El pedido fue acompañado por un comunicado oficial del jefe del departamento de Investigaciones Nacionales de la fuerza federal, Martín Leonardo De Cristóbal, asegurando que “al momento de prestar testimonio, recibieron comentarios y gestos de parte de imputados de la presente causa, que dificultaban su normal exposición”.

De acuerdo a fuentes judiciales, sólo estarían presentes en las audiencias de debate los imputados Andrés Gregorio Mena y Adrián Oscar “Quichua” Manes, quienes se habrían limitado a “mirar fijo” a los oficiales que declaraban ante la Justicia.

“El pedido es insólito. Se trata de agentes de la Policía Federal, gente experimentada que ha lidiado con toda clase de personas, resulta llamativo que aseguren estar intimidados porque alguien los mira mientras hablan”, aseguró un letrado cercano a la causa. “No sólo ello, sino que este proceso está atravesado por sospechas de todo tipo, por lo que evitar que los imputados puedan escuchar qué se dice de ellos es altamente irregular”, explicó.

En efecto, la causa de la llamada Megabanda se mantiene como una de las más controvertidas de los últimos tiempos. Acusados que fueron sobreseídos, como el caso de Jorge Gómez de Saravia, quien lo logró en primera instancia, luego en la Cámara de Apelaciones y Garantías, pero que sin embargo la fiscal Betina Lacki lo llevó a Casación, donde le ordenaron que vaya a juicio oral para aclarar lo sucedido. “¿Qué voy a aclarar si no sé de qué hablan?”, aseguró entonces.

“A través del teléfono de un conocido, me contacté con una persona que vendía un auto para comprarlo con unos ahorros que tenía y hacerle un regalo de recibida a mi hija, esa es toda la prueba que reunieron tras meses de investigación y una enorme cantidad de dinero gastada. Toda esta causa es un best seller escrito por la doctora Betina Lacki”, aseguró.

Las irregularidades de la causa parecieran no tener fin. Mientras algunos son acusados a partir de una llamada telefónica y los oficiales a cargo del operativo se niegan a declarar si los miran fijo, otro imputado, Javier Ronco, ya lleva ocho años detenido a la espera del juicio oral, batiendo todos los récords de prisión preventiva del país. Literalmente, no existe otro caso igual.

Rubén Orlando “El Tucumano” Herrera, ex barra brava de Estudiantes de La Plata que fuera acusado de homicidio y de nexo entre la Megabanda y la Justicia junto a Enrique “Quique” Petrullo, firmó un juicio abreviado y quedó afuera del proceso. Testigos que se desdijeron en sus declaraciones, integrantes de la banda que nunca se conocieron entre ellos y, casi como una burla a sus acusadores, aseguraron que, tal vez, “se comunicaban por telepatía” y pactos internacionales violados casi por un capricho de la Justicia, son sólo algunas de las curiosidades de la causa.

Mientras tanto, nadie pareciera acercarse a la verdad sobre la muerte de Juan Farías, cuyo asesinato, de acuerdo a la teoría que teje la fiscalía, fue ordenado por haber robado en la casa del empresario Roberto Zapata, uno de los “protegidos”, y luego negarse a repartir el botín con el resto de la banda. Su familia ya lleva más de nueve años esperando una respuesta. (www.REALPOLITIK.com.ar)

APOYÁ A
REALPOLITIK

Periodismo independiente.
Información sin censura.

COLABORÁ DESDE $290 POR MES

COMENTÁ / VER COMENTARIOS