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18 de octubre de 2022 | Nacionales

¿Se confirma la candidatura?

El sindicalismo inauguró el “operativo clamor” para Massa 2023

Alberto Fernández está decidido a presentarse como candidato a la reelección el año próximo. Su temerario plan espanta a propios y ajenos. A punto tal que algunos que hasta ahora jugaban como “propios”, como los “gordos” de la CGT, han decidido convertirse en ajenos.

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El acto de la CGT en el estadio Obras sirvió para blanquear el reposicionamiento del sector mayoritario de la central obrera. Entre feroces críticas al gobierno actual y elogios a Sergio Massa, se lanzó el “operativo clamor” del sindicalismo para exigir lugares en las listas electorales del año próximo.

El hasta ahora principal aliado gremial de Alberto Fernández, Héctor Daer -un titular inamovible desde hace tiempo de la conducción gremial-, se despachó con una serie de reproches. "Se nos dijo que la CGT era parte del gobierno, pero no está sentada donde se define la política", disparó.  Y subrayó que “en un gobierno peronista, la CGT es parte del gobierno”.

“No queremos romper el peronismo, pero queremos peronismo con trabajadores”, recalcó el sindicalista. E inmediatamente defendió la nueva organización político-electoral que se presentó en el acto, ante unos 3 mil asistentes. "Queremos ser parte de las decisiones políticas", afirmó.

Por su parte, Gerardo Martínez (UOCRA), reafirmó a su turno las palabras de Daer: “Queremos poner concejales, legisladores provinciales, diputados y senadores nacionales”, enfatizó. Y en tondo desafiante, concluyó: “No podemos ser convidados de piedra, y nos van a respetar porque tenemos la fuerza”.

Otro de los referentes naturales de esta CGT, Carlos Acuña, fue aún más lejos, y propuso que el presidenciable del Frente de Todos para el año próximo sea el actual ministro de Economía. "A mí me gustaría que Massa sea candidato", planteó el líder de los estacioneros de servicio y miembro del triunvirato cegetista.

A la salida del acto, Acuña justificó su posición, afirmando que Massa "agarró un fierro caliente de otros que se fueron corriendo, que no lo quería agarrar nadie, y está poniendo toda la voluntad para resolver el problema este, si no estaría prendido fuego todo". Y finalmente, destacó: "Creo que es una actitud que hay que verla como buena, que renuncia a la Cámara de Diputados, no es que se fue del cargo temporariamente y agarró este fierro caliente que no agarraba nadie". 

En el acto, convocado en celebración del día de la Lealtad, la CGT decidió realizar un gesto político contundente, con el lanzamiento de la Mesa Nacional Sindical Peronista. A través de este armado los gremios buscan presionar al Frente de Todos para tener un protagonismo significativo en las listas del año próximo.

Ya no creen en los políticos profesionales. Y, mucho menos, en los de la coalición oficialista que ellos mismos integran.

Así se encargó de explicitarlo Sebastián Maturano, secretario General de la Juventud Sindical de la CGT, quien se quejó de la “ausencia” de lugares para la central obrera en la mesa chica del gobierno antes de lanzar un dardo envenenado a La Cámpora. “Nosotros tenemos la herramienta política para ganar elecciones, que es el Partido Justicialista. Hoy el PJ está compuesto por 113 miembros. 14 son del movimiento obrero y 15 de La Cámpora. No tengo nada contra La Cámpora, ¿pero acaso ellos son más importantes que nosotros?”, preguntó, ante el delirio de los asistentes. “¿Dónde está el lugar que nos merecemos como trabajadores organizados?”, concluyó Maturano en medio de la aclamación de los participantes.

Máximo Kirchner les respondió a los gremialistas que “el desafío por delante no es ver quién tiene lugar en las listas”, en el marco de un acto caracterizado por sus críticas a las políticas económicas del gobierno que integran los organizadores, una plaza semi vacía y la exigencia de que “nuestros trabajadores, aparte de sus paritarias, también necesitan una suma fija que los saque del ahogo al que están sometidas sus familias”.

El día de la Lealtad transcurrió así con una fragmentación y confrontación interna pronunciada entre los tres sectores mayoritarios de la coalición, que permite poner en duda el futuro del Frente de Todos. “La unidad hasta que duela” está en terapia intensiva, y con diagnóstico desesperanzador. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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