Acto de CFK: La autopista colapsó de colectivos con la movilización de beneficiarios de planes

El acto por el día de la Militancia, en el que se recuerda el retorno de Juan Domingo Perón al país tras 18 años de exilio, fue la excusa que numerosos intendentes, gremialistas y dirigentes de La Cámpora eligieron para dar inicio a un operativo clamor que busca empujar a Cristina Fernández de Kirchner a una candidatura en el 2023.

Con CFK como única oradora, colectivos con beneficiarios de planes sociales de todo el conurbano colapsaron los accesos a la ciudad de La Plata y los alrededores del Estadio Único, el escenario elegido para que hable la vicepresidenta. Una vez más, el kirchnerismo recreó una escena multitudinaria que ya nadie cree, a costa de recursos del estado.

Lejos del esplendor del 2011, Cristina Kirchner se muestra hoy con sólo retazos de aquel apoyo de antaño, con un techo demasiado bajo de intención de votos y haciéndose de cualquier vericueto legal al que pueda echarle manos para escapar de las numerosas causas judiciales por corrupción que la arrinconan.

“Dentro del Frente de Todos, Cristina es la que nuclea mayoritariamente el voto, no hay discusión al respecto”, aseguró el secretario general de La Bancaria y diputado nacional Sergio Palazzo, otro habitué de los pasillos judiciales. “Cuando hay un liderazgo tan fuerte y tan reconocido, es difícil que haya otro candidato”, agregó.

Mientras tanto, en las avenidas que rodean al Estadio Único las escenas eran dantescas. Mujeres haciendo sus necesidades en la calle, basura por doquier, botellas de cerveza en el piso y calles cortadas a la fuerza con pasacalles de La Cámpora.

A las 16.00 de la tarde, hora en que la mayoría de los trabajadores del casco céntrico de La Plata se dirige a los barrios periféricos para regresar a sus casas tras una intensa jornada laboral, el caos vehicular fue completo. Los colectivos que arrastraban a los miles de beneficiarios de planes sociales se habían hecho de la calle y ya no se podía transitar.

Largas colas de vehículos, trabajadores cansados ansiando regresar a sus hogares, se extendían por cuadras entre insultos, gritos, bocinazos y las órdenes de los militantes de La Cámpora que desafiaban cualquier intento de desorden.

Absortos al caos y la destrucción que dejan a su paso, los militantes camporistas agotan sus últimos esfuerzos en la única oportunidad que les queda para retener la esperanza de algún tipo de poder político: la decisión de una ex presidenta procesada, en retirada, con escasa intención de votos e intentando una y otra vez recrear una épica que hace tiempo recibió la sentencia de la mayoría de los argentinos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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