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21 de noviembre de 2022 | Nacionales

La heroína que se diluyó

Hebe de Bonafini, la entreguista de la causa de los derechos humanos

Contradictoria, cuestionada e iracunda ante cada micrófono que supo tener delante, Hebe de Bonafini fue una de las cofundadoras de Madres de Plaza de Mayo y estuvo procesada por corrupción, enarbolando la lucha por los derechos humanos mientras defendía las dictaduras de Cuba y Venezuela.

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Hebe de Bonafini falleció ayer en la ciudad de La Plata, poco antes de cumplir 94 años. En los días previos estuvo acompañada por al arzobispo Víctor Manuel “Tucho” Fernández, el principal colaborador del Papa Francisco, a quien la dirigente K le dedicó varias acusaciones, entre ellas, la de ser cómplice por la detención de personas durante la última dictadura militar, llegando incluso a orinar detrás del altar de la Catedral como acto de protesta, tal como ella lo admitió públicamente. Con el paso de los años, empujados por cuestiones políticas, ambos terminarían por hacer las paces.

Madre de dos hijos, Jorge y Raúl, secuestrados durante el último gobierno militar (1976-1983), Hebe se lanzó junto a otras madres en la búsqueda desesperada de sus primogénitos, lo que las llevó a fundar en 1979 Madres de Plaza de Mayo, manifestándose semanalmente en silencio en un caminata en torno a la Pirámide de Mayo, frente a Casa Rosada.

Sin embargo, su pacifismo encontró en el retorno de la democracia un lugar desde donde desplegar sus permanentes diluidas y zigzagueantes diatribas políticos. Quizás, uno de sus comentarios más fuera de lugar fue cuando se animó a catalogar a los soldados de Malvinas como “fachos”, lamentando: “No tendría que haber vuelto ninguno”.

A lo largo de su extensa carrera pública, la autopercibida defensora de los derechos humanos tildó al por entonces presidente Carlos Menem de “basura”. Fue la misma Hebe que manifestó sentirse “feliz” ante el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, que arrojó una cifra de 25 mil heridos, 2996 muertos (incluyendo a los 19 terroristas) y 24 desaparecidos.

Su vida encontraría un punto de inflexión con Néstor Kirchner, con quien supo crear un refugio desde donde desempolvar sus llamativos ideales. Autoproclamada “kirchnerista” y defensora de los derechos humanos, expresó su admiración hacia dictadores, tiranos y asesinos tales como Fidel Castro, Ernesto “Che" Guevara, Bin Laden, Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Desconociendo públicamente los graves atropellos a los derechos humanos que se dieron en países como Venezuela y Cuba, se embarcó en proyectos ciegamente financiados por el estado nacional como la Universidad de las Madres -que terminó quebrando y adeudándoles a cientos de profesores sus salarios- y Sueños Compartidos, de la mano de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, acusados y encarcelados por parricidas. Junto a estos últimos recibió más de 1.000 millones de pesos para financiar casas destinadas a personas de escasos recursos que jamás fueron terminadas. De hecho, por este caso Hebe fue procesada e imputada por el desvío de fondos, aunque logró salir indemne gracias al respaldo político que tuvo por parte de Andrés “Cuervo” Larroque, Oscar Parrilli, Teresa Parodi, Hugo Yasky, Roberto Baradel, Carlos Zannini, Axel Kicillof y Luis D’Elía, entre tantos otros.

Aun así Hebe de Bonafini continuó con sus fuertes declaraciones, como cuando pidió que la pistolas taser que el gobierno de Mauricio Macri evaluaba comprar fueran previamente probadas con sus hijos, siendo una de las emblemáticas agitadoras del “club del helicóptero” que bregaba por el derrocamiento del gobierno democrático de Cambiemos.

Jamás se inmutó cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner designó como jefe del Ejército al oscuro César Milani, pese a que años después fue procesado por la desaparición de un joven durante la dictadura que tanto combatió. Muy por el contrario, supo mantener una relación cordial, posando junto a él en diversas circunstancias para colaborar en la limpieza de su imagen.

Además, defendió a capa y espada a Milagro Sala, condenada por extorsión, asociación ilícita y defraudación al estado con el desvío de fondos destinados a la construcción de viviendas sociales, pasando por encima de la división de poderes y llegando incluso a pedir su libertad.

Ironías de la historia, Hebe nació y murió el mismo día que el dictador español Francisco Franco. Ahora, sus cenizas descansarán en plaza de Mayo, ese lugar que la vió luchar, corromperse y tranzar al mismo tiempo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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