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23 de noviembre de 2022 | Cultura

La Renga

La furia de la "Bestia Rock" se desató en Rosario

El día sábado, la formación nacida en Mataderos tocó ante 35 mil personas en el estadio de Newell's. La lista de 31 temas se desplegó con canciones de “Alejado de la red”, el disco que vienen presentando por todo el país y gran cantidad de clásicos de sus más de 30 años de vida.

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por:
Matías Bonadeo

El recital comenzó con “Buena pipa”. “Buenas noches, Rosario”, gritó Chizzo Nápoli y se celebró el primer pogo de la noche en “Tripa y corazón”, del álbum de 1998 con el símbolo de la estrella, seguido por otro clásico noventoso de la banda: “A la carga mi rock and roll”.

En este punto la gente comenzó a transpirar: “Qué bueno estar de nuevo acá”, le dice Gustavo a su público, para luego arrancar con “Parece un caso perdido”. Acto seguido y para sorpresa de todos sigue “Almohada de piedra”, del ñalbum Truenotierra, y luego Chizzo dedica a “a los viajeros, especialmente a los motoqueros que se bancaron el calor” el clásico “Motoralmaisangre”.

Mientras tanto, en las pantallas se reflejan dibujos de la banda en moto -adaptados a la temática de los últimos videos- y de “Nelly”, la anciana motoquera de más de noventa años en la que Chizzo se inspiró para escribir el tema del que hace muy poco se dió a conocer su historia. Este set “rutero” cerró con “Corazón fugitivo” tema que abre Pesados Vestigios.

Posteriormente, la banda regresó al nuevo disco con “Para que yo pueda ver”, seguido de los clásicos “Al que he sangrado” y “Cuándo vendrán”.

Al tiempo, Chizzo pidió “luces para Las Cucarachas de Bronce”, en referencia ala banda de vientos que lidera Manu Varela, y arranca “Flecha en la clave”. El imponente escenario de una cuadra de largo se transformó en un castillo gigante regalando una puesta en escena alucinante.

Los vientos se quedan para tocar la segunda sorpresa de la noche: “La vida, las mismas calles”, tema de “La Esquina del Infinito que hacía mucho no tocaban”. Para alegría de muchos, se infla una especie de dragón gigante de unos 6 metros de alto en el escenario.

“Vamos a bajar un poco los decibeles, un poquito nomás”, se escucha. Arranca “Alejado de la Red” y la gente aprovecha el tema más tranquilo del último disco para tomar un poco de aire.

La banda vuelve con todo en “Bien alto” y “En el baldío”, donde Chizzo explota todo el potencial que tiene al usar sus pedales. A estos le sigue la segunda sorpresa de la noche: “El mambo de la botella”, canción de “A dónde me lleva la vida”, el segundo disco de estudio de la banda.

Chizzo le pide al público que “revise que no esté pinchado el gomín”. Y así comienza “En bicicleta”, con el que Gustavo Nápoli usa un sintetizador táctil Korg Kaossilator, mientras Tete, el bajista de la banda, canta, baila y se tira al piso sintiendo cada canción: "Si yo no tocara en La Renga, sería fanático y estaría en el pogo todo el show”, declaraba a TN en el año 2004.

Luego, la gente comenzó a cantar: “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones como en el 86” con “El tanque”, acompañando con la batería DAN un mini descanso mientras Chizzo desata “La furia de la bestia rock”, tema dedicado a los seguidores de la banda grabado en “Algún rayo”. Luego le siguió “El que me lleva” y después otra sorpresa que da lugar a otro de los grandes pogos de la noche: “El rey de la triste felicidad”, tema de La Esquina del Infinito con uno de los riff mas gritados por el público renguero.

“La última vez que tocamos acá hubo denuncias de los vecinos de que se movieron los edificios. Al otro día los medios se hicieron eco de eso. Hubo varios comentarios que dijeron que parecían elefantes pogueando”, fue la introducción para presentar el último tema de “Alejado de la red” de la noche: “Espero que esta vez hayan atrincherado los edificios”, dijo Chizzo riéndose.

La Renga siguió con “Oportunidad oportuna” para cada viajero que encara la ruta hacia un show de La Renga y luego le siguió el himno que describe el corazón revolucionario de la banda: “El revelde”, canción que los llevó al estrellato masivo en el año 1998.

Ya avanzado el show, Chizzo presenta al primer invitado de la noche: “Fede, armoniquista de la Bulldozer”, para emoción de los rosarinos que lo conocían. Así suena la gran locura de la jornada: “Negra es mi alma, negro es mi corazón”.

Francisco “Panchito” Chévez, un ejemplo de lucha, fue el segundo invitado de la jornada en “El viento que todo empuja”, aplaudido por toda la cancha mientras caían gotas del cielo como para bancar el calor. “Oscuro diamante”, clásico tema de la lista, y “La razón que te demora”, cerraron una tanda de 27 temas.

Fueron quince los minutos de descanso antes de que la banda vuelva al escenario. Y así hicieron “La nave del olvido”, seguida de “Panic show”. En este punto, Las Cucarachas de Bronce retornaron al escenario para hacer “El final es en dónde partí”, uno de los temas más conocidos.

“Rosario es muy lindo. El río Paraná es alucinante. Y mañana siendo el día de la Soberanía, tenemos que pelear para que ese río sea nuestro, siempre. Para poder seguir hablando de la libertad”, exclamó a los gritos Chizzo, antes del último tema. Como siempre, se reflejan en las pantallas imágenes de toda la previa, cerrando una noche increíble, a puro rock, calor, baile y pogo.

La salida fue muy tranquila, descomprimida gracias al enorme parque que rodea el estadio y la lluvia que acompañó el calor que se vivió en Rosario. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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