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24 de noviembre de 2022 | Séptimo Arte

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“Billy Madison era ridícula. Esa era nuestra marca”

Tamra Davis estuvo a cargo de dirigir la primera película escrita y producida por Adam Sandler, estrenada en 1995.

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por:
Federico Carestia

Para Adam Sandler Saturday Night Live fue un punto de partida para presentarse al mundo como comediante y la puerta de entrada a conocer a grandes productores y realizadores. Fue así como logró que le financiaran un proyecto tan personal como Billy Madison (que luego daría nombre, en parte, a su compañía productora Happy Madison). Un guion cargado de absurdo pero también de corazón, que solo pudo hacerse realidad gracias a Tamra Davis.

La directora que venía de trabajar con Chris Rock en un proyecto de Universal Pictures fue presentada a Adam Sandler y aunque no quedó en primera instancia, terminó siendo convocada en una segunda búsqueda para sacar a flote esta película de 1995. A partir de esta historia, el comediante que luego haría proyectos como Embriagado de amor con Paul Thomas Anderson se posicionaba como una de las estrellas más buscadas de Hollywood.

La historia de Billy Madison era tan simple como efectiva: el hijo de una de las cadenas más importantes de hoteles del mundo era un completo idiota. Para poder heredar esta empresa se comprometió a terminar la escuela (que su padre había pagado para que lo aprobaran). En el camino, aprendió que hay mucho más que dinero y fiestas en la vida, de la mano de la inolvidable maestra Veronica Vaughn. "Quería hacerlo un galán. Si bien es algo tonto, hay chicas a las que le gustan los chicos así. No puedes tener a un chico que es un completo bobo y para nada agradable", aseveró Tamra Davis.

RP.- ¿Cómo llegó a dirigir Billy Madison?

Tenía una muy buena relación con Universal Pictures y ellos querían que hiciera Billy Madison, así que me reunieron con Adam Sandler en Nueva York. Nos reunimos y nos llevamos muy bien, pero él decidió hacerla con uno de sus mejores amigos como director. Me entristeció, pero bueno. Luego comenzaron a filmar pero no funcionaba. Adam estaba estresado, no era divertida. Solo rodaron por tres días. Imaginate qué desastre debe haber sido que frenaron la película de inmediato. El estudio no estaba feliz. Pararon un miércoles y me llamaron el jueves. Me subí a un avión y comencé a rodar el lunes.

RP.- ¿Cuál fue la solución que encontró para salvar al proyecto?

Sabía que con la comedia debías sentir que la persona con la que trabajás es la más divertida del planeta, así que debía sumergirme en el humor de Adam Sandler. Porque lo conocía un poco de Saturday Night Live pero no lo conocía tanto. Recibí el guion y para mí no tenía sentido. Estaba como, "¿De qué se trata la película?". Pero me pareció que tenía mucho corazón. Me pareció que tenía un mensaje muy sólido.

RP.- ¿Cómo entendió el humor de Adam Sandler?

Creo que de una forma rara, ser una chica era muy útil porque me di cuenta en mis años haciendo videoclips que del mismo modo que los músicos hacen música porque quieren gustarle a las chicas, hay algo lindo de que a los comediantes les gusta hacer reír a las chicas. Aman hacer reír a todos, pero quieren hacer que se rían sus mejores amigos o que se rían las chicas. Quién sabía si iba a funcionar. Porque era tan extraño. Me di cuenta que no tenía que juzgarlo. Solo tenía que confiar en su arte. No teníamos demasiada presión porque el presupuesto no era tan grande, no era que el estudio estaba encima nuestro. Así que podíamos ser algo tontos.

RP.- Uno de los momentos más recordados es el musical en la piscina. ¿Cómo fue rodarlo?

Amo los musicales, la última película que acabo de hacer es un musical. Siento que hice tantos videoclips. Necesitas que cada elemento... Lo dirigí como si fuera un videoclip. Pero era como un combo de comedia y videoclip. Teníamos esa piscina y fue pensar en cosas ridículas. Hicimos un gran número de baile en donde todos vienen hacia nosotros. Queríamos... Era ridículo. Esa era nuestra marca. ¿Cómo podemos divertirnos al máximo y hacernos reír? Fue todo lo que buscamos hacer. Matarnos de risa. Buscamos reírnos nosotros. No importaba qué pensaba el resto. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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