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29 de noviembre de 2022 | Pastillas de Colores

Una pasión compartida

El amor por Diego y la disputa con Inglaterra: Cómo construyó Bangladesh su fanatismo por Argentina

Los populares festejos del país asiático por la Selección son la consecuencia de un largo vínculo que tiene fecha de nacimiento: el 22 de junio de 1986.

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por:
Juan Provéndola

El 30 de octubre de 2020, cuando Diego Maradona cumplió sesenta años, se colocó una gran torta en una de las calles principales como parte de un añejo y repetido ritual. No estamos hablando de Buenos Aires, tampoco de Nápoles: sucedió en Daca, la capital de Bangladesh. El hiperpoblado país asiático de 160 millones de habitantes ubicado al noreste de la India refrenda por Diego un fanatismo que difícilmente tenga comparación en cualquier otra latitud del planeta. 

Casi un mes más tarde, cuando se conoció la noticia de su muerte, circuló una especie de "mapa de calor" (recurso muy utilizado en el fútbol moderno) sobre los países en los que el hecho fue comentado en Twitter con más velocidad e intensidad. Y allí aparecía Bangladesh, cabeza a cabeza con Latinoamérica y Europa. La primera ministra Sheikh Hasina decretó duelo nacional, algo sólo comparable con el estado de huelga al que muchos se avinieron cuando la FIFA decidió suspender a Diego Maradona en el mundial de Estados Unidos 1994. 

¿De dónde viene semejante cariño y fanatismo por un futbolista que jamás pisó Bangladesh, habla otro idioma, se crio bajo distintos valores culturales y nació en Villa Fiorito, a 17 mil kilómetros de Daca? Viene desde el 22 de junio de 1986: el día que Argentina le ganó por 2-1 a Inglaterra en el Estadio Azteca. 

Los bangladesíes se apegaron a la épica de la Mano de Dios y de la eliminación del equipo británico por el mismo motivo que muchos argentinos: esa sublimación de revancha y desquite poético tras el latrocinio sanguinario de la corona imperial británica. La Guerra de Malvinas era una herida tan indeleble como la hambruna a la que fue sometida Blangladesh por Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial, con millones de bangladesíes muertos como saldo. 

Dominada primero por portugueses y luego por la Compañía Británica de las Indias Orientales, esa región en Asia quedó formalmente bajo administración de un virrey inglés en 1857, tras la llamada Rebelión de los Cipayos. Recién en 1971 Bangladesh celebró su independencia como consecuencia lateral de la guerra indo-pakistaní. La aparición explosiva de Maradona en el Mundial de México 1986 se produjo apenas una década y media después. Y se convirtió automáticamente en un símbolo nacional. 

Desde ese entonces, todo jugador promesa o figura del modesto pero entusiasta fútbol local es bautizado como "El Maradona de Bangla". El caso más famoso fue el de Rumman Bin Kali Sabbir. También el de Iqbal Wasim y hasta el del Sheik Mohammad Aslam, uno de los máximos goleadores de la selección bangladesí y parte del equipo que viajó a Malasia en septiembre de 1983 para jugar un exótico partido amistoso frente a un combinado de la Primera B argentina. 

La Selección Argentina jugó por primera vez en Bangladesh el 6 de septiembre de 2011. Fue en el estadio Bangabandhu, de Daca, ante Nigeria, cierre de una doble fecha FIFA que había tenido a Argentina cuatro días en Calcuta, a apenas 300 kilómetros de distancia, ya en el norte de la India, en una auténtica gira bengalí (el gentilicio lo comparten tanto Bangladesh como esa provincia del país vecino). Los dos partidos significaron el debut como DT de Alejandro Sabella, contratado por la AFA apenas un mes atrás.

Aquella noche del 6 de septiembre en Bangladesh, Lionel Messi, capitán del equipo, deslumbró a un público local exultante y fue figura de la Selección que se impuso 3-1 con goles de Gonzalo HiguaínÁngel Di María y Javier Mascherano. El amor bangladesí por Argentina se renovó en una función presencial, a un palmo de distancia de jugadores que llegarían a una final mundial tres años después, en Río de Janeiro.

Más cerca en el tiempo, son recordadas las multitudinarias caravanas callejeras en Bangladesh en favor de la Selección durante el mundial pasado, el de Rusia. Y también la desazón tras la derrota frente a Francia, futuro campeón. Las imágenes recorrieron el mundo y sorprendieron a los argentinos. Es que pocos conocían los trasfondos de esta simpatía.

En octubre de 2012 llegó a la redacción de la revista El Gráfico un mail insólito: desde Daca, un tal Mehedi Hasan Sujan solicitaba desesperadamente el video completo del partido que Argentina le ganó 3-1 a Escocia el 2 de junio de 1979 en Glasgow. Sujan aseguraba haber llamado "más de 100 veces a ATC (sic)" y también a la federación escocesa. Se trataba del partido en el que Maradona convirtió su primer gol con la Selección. La cita completa es aún hoy inhallable, un auténtico incunable para coleccionistas y fanáticos. Tal el caso de Mehedi Hasan.  

La devoción por Diego se volvió tan expansiva en Bangladesh que incluso llega a generaciones que jamás lo vieron jugar en vivo. "No hay otro futbolista que haya dejado tanta impresión. Para los que nacieron después de 1990, el primer deportista del que oyeron su nombre fue Maradona. Escuché tantas de sus leyendas que me enamoré del juego. Es gracias a él que floreció mi amor por el fútbol. Maradona es un nombre de inspiración", dijo el delantero Jahid Hasan Ameli, nacido en 1987. 

El capitán bangladesí Mamunul Islam, de 33 años, opinó en la misma dirección: "No tuve la oportunidad de verlo en vivo, pero Maradona es una marca. La gente lo ama década tras década después de verlo jugar. Yo mismo apoyo a Argentina solo por Maradona. Es por él que amo el fútbol. Y ya no está con nosotros físicamente, pero todos los que aman el fútbol dirían una cosa: Maradona siempre estará en nuestro corazón". 

No todos los países tienen iconos planetarios. Blangladesh, nación azotada por invasiones, colonizaciones y una independencia joven, carece de ellos. Argentina, en cambio, puede exhibir varios. Algunos mencionarán a Eva Perón, por ejemplo. Otros a Carlos Gardel, interpretado y bailado hasta en Japón. Incluso al Che Guevara, aunque su pertenencia simbólica sea compartida con Cuba. Para los bangladesíes, la bandera fue y sigue siendo Diego. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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