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4 de diciembre de 2022 | Internacionales

El mundo

The Twitter Files: Un escándalo de espionaje político sacude a la red social del pajarito

Numerosos documentos y correos internos salieron a la luz tras el pedido de “limpieza interna” de Elon Musk. Entre ellos, la increíble historia de la laptop de Hunter Biden y la estrategia de manipulación de contenidos de la red social más influyente del mundo.

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Son miles los documentos internos que salieron a la luz, contando una increíble historia sobre la red social más grande e influyente del mundo. “Es un mecanismo creado por humanos, que se ha salido del control de sus propios diseñadores”, afirmó uno de los protagonistas del escándalo, el periodista Matt Taibbi, quien dio a conocer los correos que desataron el escándalo.

Twitter, en sus inicios, fue una herramienta creativa, novedosa, capaz de entablar la comunicación masiva en tiempo real, creando conversaciones públicas en tiempo real por primera vez en la historia. “Comenzó como un éxito rotundo, dándole a sus usuarios el poder de crear y compartir ideas e información al instante, sin ningún tipo de barreras o límites”, relató Taibbi.

Con el tiempo, la compañía se vio forzada a imponer los primeros límites, especialmente en torno al contenido basura y los fraudes financieros que se alimentaban de los usuarios más desprevenidos. A pesar de que en un principio estas barreras eran combatidas por los directivos de Twitter, en poco tiempo le encontraron una utilidad y, ciertamente, un rédito económico: la manipulación del discurso permitió ganar grandes clientes.

Con el advenimiento de la pandemia y la explosión de las redes sociales, que dado el aislamiento ganaron protagonismo en la comunicación masiva, los clientes de Twitter fueron solicitando cada vez con más frecuencia la manipulación del contenido y hasta la eliminación de aquellos posteos que “no convenían”. Al respecto, salió a la luz un mensaje interno del sábado 24 de octubre de 2020, en donde dos trabajadores de Twitter se encargan de manipular las publicaciones de funcionarios del equipo de Joe Biden. “Acá hay más para revisar del equipo de Biden”, sugiere uno de ellos. “Ya están manejados”, respondió el otro.

En Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos utilizaron las herramientas de manipulación de la información a discreción. A lo largo del 2020, tanto funcionarios del gobierno de Donald Trump como del equipo de campaña de Biden pidieron la intervención en el discurso de los usuarios, y lograron remover, eliminar o editar numerosos posteos.

Como suele ocurrir en estos casos, tanto el dinero como la inclinación política de los propios directivos de Twitter influyó en la manipulación de los datos. En líneas generales, la balanza se inclinó más asiduamente hacia el partido demócrata que hacia el republicano.

Entre los casos más paradigmáticos de la manipulación del contenido, se encuentran los archivos perdidos de Hunter Biden.

En octubre de 2020, el prestigioso New York Post publicó un informe titulado “Los correos secretos de Biden”, en el que hurgaban en los contenidos de una laptop encontrada y perteneciente a Hunter, hijo del actual presidente de los Estados Unidos.

La historia comenzó cuando, en abril de 2019, un reparador de computadoras de Wilmington, Delaware, llamado John Paul Mac Isaac, aseguró haber recibido en su comercio una laptop a través de una persona que aseguró llamarse Hunter Biden. Si bien la llevó para hacerle algunas reparaciones generales, el cliente nunca regresó a buscarla.

El New York Post se hizo de esa computadora, la abrió, y pocas semanas después publicó el contenido de los mails que fueron encontrados allí, en los que se sugería una posible red de corrupción en torno a Biden.

Rápido de reflejos, Donald Trump intentó por todos los medios que la historia se publique en las redes sociales y, especialmente, en Twitter. Sin embargo, la red social del pajarito, que recibe grandes contribuciones monetarias del Partido Demócrata, activó un intrincado mecanismo de manipulación de la información para censurar la historia.

El esfuerzo de Twitter para eliminar la información relacionada con Hunter Biden no tiene precedentes. Desde borrar links, tachar las imágenes con carteles de “inseguro” para quienes los abran, a directamente enviar correos privados a los usuarios intimándoles a eliminar los posteos para no ser bloqueados, nada quedó librado al azar.

Incluso los propios funcionarios de la Casa Blanca, por aquel entonces en manos de Trump, fueron bloqueados de la red social por pedir a los ingenieros de Twitter que “al menos pretendan que les importa” la información.

Los ejecutivos de Twitter, por entonces, se excusaron afirmando que existían sospechas de que la historia haya sido creada a partir de una operación de los servicios de inteligencia rusos y que, por ende, quedaba fuera de las normas anti-hackeo previstas por la red social. Hasta el momento, no se ha comprobado la participación de ningún gobierno, extranjero o local, en la historia de la laptop de Hunter Biden.

Sólo días atrás, y tras la llegada del magnate Elon Musk al trono de Twitter, se inició un proceso de “limpieza interna” en la compañía, por lo que la información sobre la manipulación del contenido fue publicada. El tiempo dirá si el toque fresco de Musk servirá para eliminar la censura y la manipulación o si, desafortunadamente, será sólo un intento en la oscuridad. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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