Alberto y un capricho de 22 millones de dólares

Días atrás, la vocera presidencial Gabriela Cerruti anunció oficialmente que el presidente Alberto Fernández confirmó la compra de un Boeing 757-256 por un monto total de 22 millones de dólares. La noticia generó un estruendoso revuelo en todo el arco opositor, que estalló en críticas.

De acuerdo a la información oficial, el nuevo avión presidencial reemplazará al histórico Tango 01 y tendrá comodidades que difícilmente se correspondan con el mandatario de una Argentina en plena crisis.

En efecto, mientras los argentinos se debaten entre la inflación, el desempleo y la pobreza, Alberto Fernández disfrutará de todas las comodidades en su nuevo avión, incluyendo capacidad para 39 pasajeros, dormitorios y sala de reuniones.

Según datos oficiales, el costo de operación del avión es de 20 mil dólares por hora. El modelo se dejó de fabricar el 28 de octubre de 2004, luego de protagonizar varios accidentes. Entre ellos, se destaca el de 1995, en el que muerieron 159 pasajeros y el del 11 de septiembre de 2001, que se estrelló en el Pentágono.

Dada su antigüedad, no existe actualmente en el país estructura o aparatología técnica para realizar mantenimientos, del mismo modo que no hay un simulador apropiado para los pilotos, por lo que se sugirió que el entrenamiento sea en el exterior, lo que encarece aún más el capricho presidencial.

Los críticos de la decisión del presidente Alberto Fernández alertaron una perversión de las prioridades en un país en crisis. A modo de ejemplo, y siempre de acuerdo a cotizaciones oficiales, con el dinero que costó el avión presidencial se pudiera haber costeado un aproximado de 34 escuelas primarias, 2 mil patrulleros, 258 CAPS modulares de atención primaria de salud y al menos ocho hospitales. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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