El día que Néstor Kirchner afirmó que la “corrupción era traición a la patria”

La Argentina salía de la anteúltima gran crisis económica, social y política, que terminó con la renuncia del presidente Fernando De la Rúa y el llamado anticipado a elecciones del gobierno interino de Eduardo Duhalde, en las que Néstor Kirchner terminó siendo presidente pese a no ser el candidato más votado, luego del paso al costado de Carlos Menem en el que podría haber sido el primer balotaje de la historia argentina.

La mítica conductora Mirtha Legrand, en un gesto de cercanía a recién iniciado gobierno, decidió viajar a El Calafate y emitir el programa desde la residencia de los Kirchner, que la recibieron con el clásico cordero patagónico, pero con el rencor del encuentro anterior que se había dado en los estudios de América, donde la conductora le preguntó “si se venía el zurdaje”.

El clima parecía más calmo, digno de los tranquilos paisajes patagónicos, hasta que la conductora se hizo eco de la pregunta de una televidente que cuestionaba al presidente Kirchner en torno a si un político acusado de corrupción no debía ser considerado traición a la patria.

Rápido de reflejos, pero corto de memoria, Kirchner sugirió que prefería no utilizar ese concepto dado que ya lo habían hecho otros presidentes en sus discursos inaugurales “haya por la década del 90”, en clara referencia a Carlos Menem, a quien el matrimonio Kirchner supo recibir con pompa en reiteradas oportunidades en Santa Cruz.

“Quien hace desde la conducción del estado esas cosas es un miserable”, sentenció el patagónico luego de expiarse por anticipado de culpas, para terminar diciendo: “Los corruptos de ayer son los señores de hoy”.

En ese marco, resulta curioso que los doce años de los tres primeros gobiernos kirchneristas hoy sean investigados como una asociación ilícita que saqueó las arcas del estado, convirtiendo al matrimonio Kirchner en una de las familias mas adineradas del país y a un cajero de banco como Lázaro Báez en un gran empresario de la obra pública.

La historia argentina parece ser cíclica, pues a Cristina Fernández de Kirchner ya condenada y embargada por la primera causa en la que está imputada, le depara el mismo final que al presidente que tanto denostaron, mientras la nonagenaria conductora sigue sentada en el mismo lugar. (www.REALPOLITIK.com.ar)

APOYÁ A
REALPOLITIK

Periodismo independiente.
Información sin censura.

COLABORÁ DESDE $290 POR MES

COMENTÁ / VER COMENTARIOS