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15 de diciembre de 2022 | Pastillas de Colores

La gran final

Francia, el espejo inverso de Argentina en los Mundiales

La final de Qatar opondrá a un equipo de fuerte peso emocional en su pasado contra otro que comenzó a escribir su historia grande en los últimos 25 años ¿Es la mejor definición posible de este torneo?

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por:
Juan Provéndola

A estas horas, unas 48 antes de la final, cualquier especulación quedará de lado: Argentina y Francia llegan al partido decisivo en igualdad de condiciones. Ganará el que más goles consiga hacer. Un resultado que marcará una época entre la última bala de plata de Messi en la historia de selecciones y el advenimiento de Mbappé como una posibilidad de sucesión.  

Pero, más allá de eso, se agrega un dato que subraya el relieve en un contexto histórico: cada vez que se enfrentaron en Mundiales, al menos uno de los dos llegó a la final. Hasta que ahora, la cuarta, los encuentra a ambos en el mismo escalón. 

La historia mundialista los opuso pocas veces y de manera dispersa, aunque todas ellas dejaron un mojón para siempre. Y, especialmente, la última. Lo cual, inevitablemente, remitirá este choque en Lusail a una revancha: Argentina perdió dos de sus cuatro partidos en Rusia 2018, y justamente fue contra los futuros finalistas. Los mismos a los que ahora cruza en Qatar para las dos paradas culmines. A uno ya le ganó el martes. El que falta, toca el domingo.   

El primer partido entre ambos fue, a su vez, el debut de Argentina en un Mundial: terminó 1-0 el 15 de julio de 1930, en el Parque Central de Montevideo (Francia le había ganado a México dos días antes en Pocitos).

Recién volvieron a verse en un Mundial casi medio siglo después: 6 de junio de 1978, a las siete de la tarde hora argentina, en la cancha de River. Argentina ganó 2-1 y no solo aseguró su clasificación, sino que dejó afuera a Francia. Passarella abrió de penal y Luque volvió a recuperar la ventaja tras el empate parcial de Michel Platini, quien en esa tardenoche porteña marcó el primero de sus cinco goles en tres Mundiales. 

En ambas ocasiones, Argentina terminaría jugando la final exactamente cuatro partidos después de sendas victorias ante Francia. A la inversa, el equipo galo tuvo la misma ventura tras su triunfo en el Mundial pasado. Qatar los encuentra por primera vez en el partido decisivo, acaso como sincretismo de una historia que se resume entre los dos contendientes.

Argentina posee, especialmente, un peso histórico que sostiene el deseo inacabado de ganar la Copa del Mundo. Incluso a pesar de que la consiguió solo dos de las 17 veces que la disputó —y la última de ellas hace 36 años— existe un imperativo que obliga a ganarla, independientemente del contexto y las posibilidades. Por eso, las frustraciones también son mayúsculas.

Francia, en cambio, tiene lo que acaso Argentina desearía: un pasado reciente muy fresco y vivo, portentoso, que lo coloca en la final por tercera vez en los últimos cinco mundiales. La generación de Zidane superando a la de Platini para llevar al equipo a la elite del mundo. Francia fue el primero que percudió el eje Brasil-Alemania-Italia-Argentina, y acaso el único que lo logró extender en el tiempo, si se considera a España como la otra gran intrusión de época (aunque más breve en su dominio planetario).

En un Mundial de sorpresas y tropiezos, Argentino generó el primer gran estruendo con su caída ante Arabia. Acaso por eso es que tuvo más tiempo para recuperarse, aún a pesar de que (como el mismo plantel reconoce) de allí en más se expuso a verdaderas finales. No porque el triunfo les deparara la Copa, sino porque cualquier derrota los mandaba de vuelta a casa. Bien pueden dar cuenta de ello Alemania, España, Bélgica, Portugal, Brasil y Croacia mientras arman sus bolsos, por citar algunos.

Francia solo tuvo un desliz al cierre de la fase de grupos, cuando ya tenía la clasificación en el buche y salió con suplentes a una eliminada Túnez que terminaría haciendo historia. Sacando eso, el campeón del 2018 llega a su segunda final consecutiva casi sin despeinarse, más allá de una breve zozobra ante Inglaterra en los minutos finales de Cuartos. Al igual que Argentina, Francia también resolvió las Semis con comodidad. 

Lo que tendremos ante nuestros ojos será el choque justo entre los dos mejores equipos de este Mundial pletórico en exotismos. ¿Hay otro equipo que merezca más la final que alguno de estos dos? Por empezar, sus jugadores lideran todas las estadísticas: Lionel Messi y Kylian Mbappé goleadores con cinco cada uno, Julián Álvarez y Olivier Giroud escoltas uno abajo, mientras que Messi y Griezmann integran el lote de más asistencias (tres, respectivamente). Pero, sobre todo, son los mejores porque supieron resolver los conflictos que les deparó el fútbol en los momentos indicados. 

Un poco de azar y suerte también habrá, porque el fútbol se nutre de los imponderables. Se nutre de ciencia, pero también de fe. De razón y de religión. Queda en cada uno cómo armonizarlos, qué porcentajes repartir. Después del triunfo a Países Bajos, un diario español describió a Argentina como una selección que juega a que no la lastimen, a la espera de que aparezca alguna magia de Messi. Luego sobrevino Croacia, una ráfaga de aire revitalizante después de tanto dramatismo, que cambió el panorama y alentó mejores expectativas en el momento indicado: la emocionante idea de saber que, tal como dijo el capitán en aquella arenga inolvidable del Maracaná, "estamos a un pasito... a un pasiiito". (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Lionel Messi, Kylian Mbappé

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