Viernes 29.03.2024 | Whatsapp: (221) 5710138
22 de diciembre de 2022 | Provincia

Primera parte

Los acomodos, denuncias de corrupción y oscuros acuerdos de Homero Giles al frente del IOMA

El preocupante rol del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA), a cargo de Homero Giles, en el crecimiento descontrolado de cargos públicos. En un país a la deriva, el gobierno gasta cada día más en asistencialismo y funcionarios, y cada día menos en producción y empresas.

facebook sharing buttonCompartir
twitter sharing button Twittear
whatsapp sharing buttonCompartir
telegram sharing buttonCompartir
print sharing buttonImpresión
gmail sharing buttonCorreo electrónico

Durante la gestión de María Eugenia Vidal, la dimensión de la administración pública y su peso específico en la asfixiante situación de la economía de la provincia de Buenos Aires fue uno de los puntos más álgidos y debatidos. Sin embargo, lo que siguió fue aún peor.

Lejos de resolver el problema, la narrativa política del gobernador Axel Kicillof lo triplicó. Vidal había dejado un plantel de 769 funcionarios políticos, distribuidos en 14 ministerios y la dirección general de Cultura y Educación. Kicillof se acerca al último año de su gestión con 1.852 funcionarios y 20 organismos con rango de ministerio, incrementando el peso de la administración pública en un 140 por ciento.

Entre estos organismos con rango de ministerio, el caso del IOMA es uno de los que más llama la atención. Recientemente, la obra social bonaerense abandonó el histórico sistema de subdirecciones y direcciones para abrazar las direcciones provinciales, lo que les permitió a sus ahora funcionarios cuadriplicar sus ingresos.

A pesar de no tratarse de un organismo provincial sino de un ente autárquico con una presidencia a cargo de Homero Giles, un médico de confianza del gobernador Kicillof formado en Cuba, los nuevos directores provinciales no dudaron un instante al ver la posibilidad de aumentar sus ingresos en forma inmediata.

No es éste el único escándalo que envuelve a la gestión de Giles. En efecto, meses atrás, y en plena crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus, el IOMA firmó un polémico convenio de atención directa con el Hospital Italiano de La Plata. El mismo le permitió al histórico nosocomio platense poder recibir los pagos del IOMA con mucha mayor premura que el resto de las clínicas.

En efecto, el retraso de los pagos de la obra social a los hospitales se incrementó en los últimos años, llevando a más de uno al borde de la quiebra. En este escenario, el Italiano comenzó a gozar del extraño privilegio de recibir los pagos de Homero Giles en tiempo y forma. El sistema, llamado “de pronto pago”, le permite recibir el dinero de forma directa y sin esperas, además de gozar de extrañas exclusividades en relación a las prácticas especiales. Dicho privilegio, ciertamente, no fue gratis.

Lejos de ello, el Hospital Italiano fue víctima de un verdadero tsunami de profesionales militantes de La Cámpora, lo que le valió al director del nosocomio, Roberto Martínez, ser separado de la Agremiación Médica Platense (AMP) como consecuencia del polémico convenio.

Martínez supo alinearse a la gestión de Giles con premura. Donde manda el dinero, cualquier otra variable es secundaria. En efecto, mientras las asociaciones de profesionales de la totalidad de los establecimientos asistenciales cuestionaron el sistema de pagos por parte del IOMA a las instituciones, el Hospital Italiano fue el único que se mantuvo al margen de los reclamos.

Meses después, la AMP se vio forzada a llevar al Italiano a la Justicia, tras encontrar presuntas irregularidades en la facturación de médicos pertenecientes al hospital. En pocas palabras, se habría encontrado un intrincado sistema de facturaciones truchas, además de incumplir con las normas del estatuto de la Agremiación Médica.

Como consecuencia de la investigación iniciada por la AMP, se resolvió sancionar a dos médicos del Hospital Italiano de La Plata por “inconsistencias en la facturación presentada para ser facturada al IOMA”. La decisión fue luego ratificada, tras una segunda investigación acompañada de la lectura de cargos y la presentación de actuaciones, por una amplia mayoría en el Consejo Directivo.

La gestión de Homero Giles se acerca al final de su mandato rodeada de denuncias, acusaciones de corrupción y acomodos políticos. Tras las nuevas direcciones provinciales facilitadas por el gobernador Axel Kicillof, además, se transformó en uno de los mayores pesos en la estructura de una administración pública que no para de agigantarse, asfixiando a la delicada economía de la provincia de Buenos Aires y atentado de lleno contra la salud de los bonaerenses. (www.REALPOLITIK.com.ar)


¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS

¡Escuchá Radio Realpolitik FM en vivo!