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“Pichichi”, el felpudo elegido por CFK para una “derrota defensiva”
Días atrás, cuando asistió a la asunción de “Lula”, el embajador argentino expresaba un optimismo que no se condecía demasiado con las expectativas electorales del FdT para 2023. Ahora se supo la razón: pocos días antes había viajado a Buenos Aires, donde se entrevistó con CFK. ¿Qué le indicó?: "Salí a caminar para la elección que se viene".
Después de la derrota por una uña en las elecciones presidenciales de 2013, el ex motonauta quedó con la sangre en el ojo y siempre se preparó para tener la oportunidad de una revancha, aunque los datos de la realidad lo desmintieran reiteradamente. Y si bien antes del encuentro con la vicepresidenta un grupo de sciolistas históricos, sindicalistas y albertistas habían comenzado a reunirse sin demasiado entusiasmo para impulsar su candidatura, las palabras de Cristina tuvieron el efecto de un fabuloso disparador. Scioli inmediatamente dio indicaciones para reactivar a su antiguo espacio, aunque los años lo han curtido y su optimismo es hoy día más equilibrado.
"Cuando llegue el momento, veré si estoy para ser candidato”, comunicó a sus históricos laderos.
Según dejaron trascender desde la cercanía del ex gobernador, Cristina le recomendó que para temas de la provincia abra un canal de diálogo con el intendente de Ensenada, Mario Secco, y que recurra al diputado nacional Julio Pereyra, jefe político de Florencio Varela, para activar los vínculos con los intendentes. Ni lerdo ni perezoso, Scioli se reunió con Pereyra inmediatamente, antes de emprender su retorno a Brasil.
Si bien cualquier razonamiento lógico indica que, en caso de tener un éxito moderado en su gestión, el candidato del Frente de Todos debería ser Sergio Massa, en el cristinismo dudan de que el ministro de Economía termine postulándose a la presidencia. En caso de que su desempeño no termine siendo favorable, la candidatura presidencial quedaría vacante. Y en cualquiera de estos escenarios Cristina tiene en claro que el único capaz de mantener relativamente unificado al espacio es Daniel Scioli.
Lejos están los tiempos en los que Cristina hacía lo imposible para dificultarle su gestión como gobernador o se esmeraba para que no la sucediera en la presidencia. Al fin y al cabo, la estrategia de la vicepresidenta resultó desastrosa, a punto tal de culminar en una grave sentencia judicial en su contra y obligarla al retiro de la vida institucional activa.
“Pichichi”, en cambio, aceptó la derrota con dignidad y también los numerosos destratos de que fue objeto antes y después. Pero nunca resignó su pretensión de tener la posibilidad de una revancha.
Por más que Cristina crea que la suerte del Frente de Todos en las elecciones de este año está echada, y que la invitación formulada sea a conducir el “peronismo de la derrota”, Daniel Scioli no le esquiva al bulto y se lo nota moderadamente optimista.
Claro está que también le queda en claro que su candidatura es el plan B que maneja la vicepresidenta en caso de que su apuesta principal se diluya. ¿Cuál es? La de siempre: Zannini como reaseguro de Daniel Scioli en 2015, ella misma en rol similar con Alberto Fernández y, ahora, “Wado” de Pedro como ladero de Sergio Massa. Una alternativa que no seduce para nada al actual ministro del Interior que tiene en claro que la función del vicepresidente es “tocar la campanita del Senado durante cuatro años”, según le dejara en claro Sarmiento a Adolfo Alsina en 1868, y así seguiría siendo en el futuro. Aunque la vicepresidenta fuera la mismísima Cristina Fernández.
Por esta razón Daniel Scioli vuelve a soñar. Fiel a su filosofía, “con fé y con esperanza”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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Daniel Scioli, Cristina Fernández de Kirchner, Mario Secco, Alberto Fernández, Julio Pereyra, Wado de Pedro, Sergio Massa¿Qué te parece esta nota?
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