Interior
Elecciones 2023
El dilema de la carrera radical hacia la Rosada
El verano del 2023 no dio tregua a los dirigentes políticos radicales y menos a quienes se sienten con toda la convicción para suceder a Alberto Fernández en Balcarce 50.
El gobernador Gerardo Morales prácticamente no hizo pausa en su campaña y en sus actividades proselitistas, mientras que el científico Facundo Manes retomó su agenda desde mediados de enero, luego de que se lo viera paseando por la localidad pinamarense de Cariló .
Ambos contendientes ya conversaron y mucho sobre las reglas de juego para competir y, aunque no concretaron la famosa “interna abierta”, siguen sus respectivos derroteros para alimentar aún más su imagen y posicionamiento en distintos puntos del país.
TODOS LOS ACTORES EN ESCENA
En tanto, es necesario analizar ciertos antecedentes respecto de la compulsa respecto de la sucesión en la Casa Rosada. Esto es, porque desde arriba se van alineando las piezas en este enorme tablero de ajedrez político.
En ese sentido, si se repasan los últimos meses del 2022, el radicalismo quedó expuesto a una suerte de indefinición respecto de qué candidatos ofrecerá a sus seguidores para competir contra el Pro que ya posee tres precandidatos como lo son Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Siempre expectante aparece una cuarta posibilidad con Mauricio Macri, quien ya deslizó que por el momento no tiene pretensiones de volver al ruedo electoral.
Ante la circunstancia de contar con dos radicales en igualdad de oportunidades presidenciales, desde hacía un tiempo se había propuesto una suerte de “semifinal” o interna partidaria entre los dos dirigentes con mayores aspiraciones al sillón de Rivadavia como los son el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y el diputado nacional, Facundo Manes.
Este último, sobre el cierre del año 2022 desistió de la oferta que le hizo el titular del comité nacional y, al parecer, habría dos contendientes radicales para competir o unificar esfuerzos con los mencionados candidatos del Pro.
En eso están ambos dirigentes, que suelen encontrarse en cumbres o plenarios partidarios donde dialogan sobre el futuro, pero ninguno de los dos parece desistir de su pelea presidencial. A veces, la cordialidad deviene en ironías fuertes como la que Morales propinó a su rival en su reciente visita a La Plata. Allí dijo que Manes sería un buen candidato a gobernador. En política, bajarle el precio al rival es tomado como un desafío fuerte.
SONDEOS MUY PREOCUPANTES
Se debe tener en cuenta que hay una situación de débil instalación de los candidatos radicales con respecto a sus compañeros de ruta del Pro.
Es cierto que desde hace años que las encuestas abandonaron su calidad y eficacia en cuanto a certeza predictiva de resultados electorales. No obstante, siguen siendo una referencia importante para captar el humor social. Además, sirve como herramienta de negociación. Sea para amenazar con la continuidad de una campaña o para entremezclarse en otras fórmulas presidenciales o provinciales.
En este sentido, llama la atención que pese a una importante elección de la UCR en varias provincias, entre ellas la de Buenos Aires, haya una escasa intención de voto personal particularmente hacia la figura de Facundo Manes, quien se encuentra muy por debajo de los postulantes del Pro. En el conjunto de sondeos de los últimos días, Manes no sale del lote conocido como “otros” o “no sabe y no contesta”.
Los números caen antipáticos a la gran comunidad radical si se tiene en cuenta que los postulados por el Pro a la Rosada están más que instalados y cuentan, la mayoría de ellos al menos, con dos dígitos de intención. Y, si se va a la intención de voto por espacios, los amarillos redondean en conjunto cerca de un 30 por ciento, con muchísima ventaja sobre los candidatos radicales.
Las encuestas resultan al menos sorpresivas si se tiene en cuenta el importantísimo aporte del voto radical en el 2021 para superar por 11 puntos al oficialismo en las elecciones nacionales y por 2 en provincia de Buenos Aires.
En términos federales, los gobernadores radicales de Jujuy, Mendoza y Corrientes revalidaron con creces sus títulos con muy buena cosecha electoral. Otro tanto ocurrió en provincia de Buenos Aires donde el radicalismo, junto a Facundo Manes a la cabeza, garantizó el triunfo en casi todas las secciones del interior y redujeron sustancialmente ventajas en el conurbano.
En algunos casos el aporte es más “federal” que “cuantitativo” dada la dimensión de los padrones de las provincias citadas y de municipios bonaerenses del interior. No obstante ese predominio electoral genera fuertes dividendos en bancas de diputados y de senadores nacionales. En el caso bonaerense se traduce en un importante aporte de escaños provinciales a la Legislatura y de altas probabilidades de conquista de intendencias que hoy están en manos oficialistas.
LA LLAMA ESTÁ VIVA
Al volver sobre desafío radical por la Casa Rosada, oportuno es resaltar que tanto Morales como Manes mantienen viva su llama de aún competir directamente y gastan las últimas balas de la cartuchera ensayando distintas alianzas creíbles para mejorar su perfomance.
Por el lado de Morales, se lo observó muy dinámico con una serie de visitas al Gran Buenos Aires y a distintas provincias. Por el lado de acuerdos internos, dentro de Juntos, sigue armando una propuesta programática con la dirigente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió y eso sugiere que, por ejemplo, pueda armar una fórmula conjunta en el día de mañana. Pero falta tiempo aún para ese tipo de definiciones.
Por el lado de Manes se observan nuevas propuestas en cuanto a la posibilidad de ampliar la coalición con nuevos actores. El neurocientífico, muy amante de superar la grieta por “arriba del laberinto”, va en búsqueda de nuevos referentes. Por caso, la sugerencia de asociar a un gobernador peronista federal como Juan Schiaretti en Córdoba y al ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey fue visto por muchos correligionarios como, al menos, “arriesgado”.
Manes no se molesta por las críticas de pasillo y hace saber que se trata de un segundo capítulo de su estrategia, dado que en las elecciones pasadas fue el artífice intelectual de integrar a personalidades extrapartidarias como Emilio Monzó y Margarita Stolbizer.
CADA UNO CON SU PROPIO JUEGO
Lo cierto es que cada uno atenderá su juego y miran al resto de los actores como, por ejemplo, puertas adentro de radicalismo bonaerense que comanda Maxi Abad y a distintos sectores (possismo, salvadorismo, storanismo, Evolución) que evalúan con mucha minuciosidad no sólo a quién de los dos seguir, sino hasta la posibilidad de mantener firme la convicción de apoyar a un precandidato radical a la presidencia.
De concretarse esta última alternativa, sería al menos la tercera ocasión consecutiva en que la UCR no postula a un candidato a la Casa Rosada desde 2011, ocasión en que el elegido fue el entonces diputado nacional Ricardo Alfonsín. Los más exquisitos señalan que esa postulación fue mediante una alianza con Francisco De Narváez y que, para ir hacia una postulación “químicamente pura”, hay que remontarse a la candidatura de Leopoldo Moreau en 2003 cuando aún sobrevolaban los fantasmas del 2001 y con la caída de Fernando De la Rúa.
Pasó mucho trecho desde aquél 2003 en que la UCR peleó por conservar la personería jurídica, logrando poco más de un 2 por ciento en todo el país, empatando con la izquierda y el actual presente en que se siente protagonista de un esquema potencialmente ganador. Pero el desafío es ir por más y los esfuerzos se realizan cotidianamente aunque los plazos para posicionarse y crecer se van convirtiendo en los peores enemigos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS